Tacos (sin más)

Me ha costado encontrar el título para este artículo, he empezado a hacer juegos de palabras, luego dobles sentidos, luego he consultado la RAE, y al ver que taco, tiene 27 acepciones, lo he dejado por peligroso, igual alguno se ofendía, y ya la teníamos montada…

Del taco que os quiero hablar, es concretamente del que se encuentra en la acepción 19: «Trozo de madera o de plástico, de forma más o menos alargada, que se empotra en la pared para introducir en él clavos o tornillos con el fin de sostener algún objeto».

La patente de este invento data de 1911, así que en unos pocos años será centenaria. Su inventor fue John Rawlings, un ingeniero británico, al que le encargaron enganchar una serie de accesorios eléctricos en una pared del Museo Británico, pero mientras tomaban té, le pidieron que debía ser de manera que no deteriorara las paredes y que se notaran lo más mínimo posible. Raudo y veloz, nuestro amigo John se fue a su casa, creo que el té no le sentó bien…

Hasta esos días, para enganchar cosas en la paredes, tenían los dos sistemas típicos. El primero, muy en desuso, consistía en vaciar un trozo de pared, para poder empotrar en él un trozo de madera, de esa manera, ya se podía atornillar sobre ella cualquier cosa. La historia no lo cuenta, pero Cosmocax, en un alarde de capacidad investigadora, ha descubierto que John tenía un trauma de su juventud: su madre cada vez que salía de viaje, traía un plato con bonitos motivos lugareños, o un tiesto, o un plato para los huesos de las olivas, etc, y el bueno de John, que al ser ingeniero se suponía que era el manitas, tenía que colgarle los platos a su madre. El segundo sistema, conservado hasta hoy, por su bajo coste, es masticar chicles hasta quitarles el sabor y el color y utilizarlos para ir enganchando la instalación a la pared, aunque también se utilizado para ir aguantado los cristales que vibran en algunos ventanales. Aquí tenemos un detalle de la casa de John (gracias a González-Alba por la foto):

Así tenemos que John, tenía muchísimas ganas de demostrar al mundo que se podían hacer las cosas mejor, y sobre todo de irse de casa. Así que pensando en el principio de expansión, inventó un trozo de tubo de latón con varias marcas longitudinales para favorecer que se expanda. Ese tubo se introducía en un agujero hecho previamente en la pared, y que al introducir el tornillo y empezar a roscar, se expandía, apretándose contra la pared, quedando fuertemente anclado. Ese mismo principio de expansión es el mismo que hace que si nos atiborramos a comer, nuestro cuerpo se expanda hasta el infinito y más allá (aunque nuestro cuerpo tiene varios mecanismos para reducir esa expansión).

Inmediatamente después de su invento, John cambió el latón por resina, que se adaptado mejor a todas los materiales, donde se podía insertar el taco. Ya sólo quedó comenzar a hacer publicidad de su invento, y fundar la fábrica Rawlplug Ltd. Durante largo tiempo recorrían pueblos y pueblos con sus carrozas, haciendo demostraciones de como una taco podía sujetar mejor sus platos en la pared que un gran taco de madera; mientras tanto, a su lado, otros mercaderes vendían crecepelos milagrosos, pociones para rejuvenecer la piel, y máquinas para convertir hilo en bonitas vestiduras, como veis, no han cambiado mucho las cosas… Pero una gran idea volvió a demostrar que John estaba muy necesitado de marcharse de casa, se le ocurrió publicitar su invento en la portado del diario Daily Mail, cosa nada habitual en esa época, y que supuso un hito en la historia de su invento y la publicidad (esto segundo lo digo, no se si será cierto del todo, a ver si alguien dice algo al respecto).

A esta primera patente, siguió en los años trenta, otra variante del taco, metálica y con un inserto que al roscar el tornillo tiraba hacia atrás de ella, abriendo el taco y empotrando fuertemente las paredes metálicas en el agujero. En la foto, podéis ver los primeros cinco modelos diferentes, pero del mismo tipo, y el sexto, que lleva un cáncamo, con el sistema comentado del inserto, fijaros que al dar vueltas la rosca que lleva el cáncamo, tirará hacia atrás de la pieza de latón (amarilla) que se ve abajo, chafando y expandiendo el plástico dentro del agujero. Por cierto, fue en los años sesenta, con la expansión del uso de los plásticos, cuando empezaron a fabricarse los tacos en plástico.

Enlaces interesantes: «Como sacar un taco de la pared cuando se resiste«; «Historia de Rawlplug (en inglés)«.

2 Comments

  1. Gracias por usar esta imagen para ilustrar el artículo. Es muy interesante y me alegro por ello. La verdad es que nunca imaginé cuando hice la foto que tendría esta utilidad, aunque si me pregunté por el cómo colgarían los cacharros en la pared. De nuevo gracias y felicidades. Un saludo Antonio González

  2. Hola

    ¡gracias a tí! ¡ha sido un placer! A veces resulta difícil encontrar fotos para utilizar en el blog…y más yo, que soy un «poquito especial».

    Saludos

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