¡Hola! ¡eh! ¿hay alguien ahí?

Lo dudo…

Bueno, después de mucho tiempo sin escribir, parece que me entra el gusanillo, aunque tengo claro que me va a ser imposible marcarme ningún tipo de pauta, ni objetivo ahora mismo.

El caso es que lógicamente voy recordando mis ratos en el blog, y me resulta curioso el hecho que, quiero compartir con vosotros (no hay nadie) la red que estoy viviendo una época en la que profesionalmente estoy aprendiendo mucho, o sea, que tengo trabajo de cojones, pero precisamente por ese nivel de productividad y ocupación soy incapaz de centrarme en compartir o enseñar todo lo que estoy viviendo.

Lo peor de todo esto, aparte que lógicamente me gustaría transmitir todo lo aprendido, estoy muy convencido que el nivel de conocimientos que estoy «asentando», es muy pequeño respecto a la cantidad que gestiono. Es bien conocido que escribir, como proceso mental (en este caso), requiere recordar, evocar imágenes o vivencias, y supongo que esa misma tarea convierte esos recuerdos en información que queda grabada en nuestra memoria, y que nos permitirá más adelante usarla. Además suele complementarse con la búsqueda de más información, datos ligados, etc….

En resumen, que noto que aprendo muchas más cosas de las que soy capaz de procesar, y mucho menos recordar, y eso a mí me incomoda. Siempre me ha gustado presumir que allá donde he estado he sabido utilizar los mecanismos para sacar el máximo partido de mi actividad (siempre concediendo algo a cambio), pero aquí y ahora mi sensación es otra…

Si pudiéramos retener todo… seríamos todos un poco más sabios, y el mundo un poco más peligroso…

En resumen, que he dejado de escribir por tiempo, no por falta de temas.

¡Ah! Quizás mi hijo de 10 meses también tenga algo que ver con esto…

Pues como os he ido avisando, llegan vientos de cambio…

El 27 de marzo de 2007 empecé a escribir en esto que hemos acordado llamar blog.

Después de dos años, para mí, ya no es sólo un blog, es una extensión mía (sin guarrerías), por eso llevaba tiempo con ganas de cambios ¡renovar o morir! Y…

¡Larga vida a cosmocax!

Para empezar, todo este blog se traslada a www.cosmocax.com, un sitio con muchas más posibilidades, con vistas al procesador, y donde he montado un grifo de cerveza y una tostadora…

Pero no sólo eso, la tanto tiempo anunciada comunidad cosmocax ya ha llegado. Lo vais a flipar… (me imagino que veis el banner…)

Por último, deciros que cerraré intentaré cerrar comentarios en este blog, y a partir de ahora el proyecto sigue en la nueva dirección.

Espero que sigáis disfrutando tanto como yo…

Como podéis haber visto en el lateral del blog, he ido anunciando la aparación de la Comunidad Cosmocax, y ya no se va a retrasar más…

Este fin de semana, y la semana que viene van a haber sorpresas, podéis imaginar que por eso he estado poco productivo en cuanto a publicación, digamos que he estado trabajando en la sombra…

Pues eso, ya os he dado la excusa de porque no escribo hace días, y os he dicho que de aquí a poco podréis ser miembros de una comunidad altamente influyente en todos los estamentos…todos…todos…bueno, algunos…jajaja ¡qué mas queréis!

En estas últimas semanas he tenido una experiencia vital. No la calificaré como desagradable, aunque lo pueda parecer, pero sí como esclarecedora, cada día estoy más convencido de ello. También he observado que mi entorno ha visto esto de una manera diferente a la mía, eso me ha hecho pensar, porque aunque mi felicidad, es la felicidad de mi entorno, más importante es que la felicidad de mi entorno, es mi felicidad (estimados lectores, siento este nivel de reflexión en estas fechas).

La «experiencia» ha sido que me ofrecieron un buen puesto de trabajo en una empresa, y decidí embarcarme en un nuevo proyecto laboral, pero por una serie de circunstancias, ni proyecto, ni trabajo, ni nadená.

No quiero parecer un sobrado, y aunque admito que esto para muchos puede ser catastrófico, analizando mi suerte, y aclarando que yo soy de los que opino que la suerte la busca cada uno, para mí no ha sido una situación que desestabilizara mi vida, y esto se debe a tantos factores, que mejor os dejo pensando.

Ahora bien, emocionalmente ha sido una bomba. Pero no una bomba de destrucción, si no de construcción, no es que hayan llovido ladrillos sobre mi cabeza, que por fin hubieran encontrado los constructores qué hacer con tanto tocho, pero casi. Soy una persona bastante segura de sí misma, con convicciones, objetivos y motivaciones, y sobre todo, contemplativo cuando lo requiero. Me comparo con una gelatina con muchos ojos sobre un plato ¡qué imagen! Los movimientos o golpes sobre el plato me afectan , pero no me derrumban.

Desde el primer día que supe definitivamente estaba sin trabajo, me dediqué a pensar en como salir de ello (una de mis máximas: busca las soluciones, no a los culpables), y en qué aprovechar esta oportunidad en forma de tiempo que tenía ante mí. Cada uno verá qué significa eso en su vida.

Fruto de todo esto ha sido darme cuenta de que me desviaba de mis objetivos para una vida feliz. Un ejemplo ayudará: ante la pregunta de 4.000€/mes y poco tiempo para mí; ó 2.000€/mes y tiempo para mí; me encaminaba hacia la primera, cuando estoy convencido de que la segunda es más productiva para mí, y me acerca más a mi felicidad. Por eso, uno de mis objetivos a corto plazo era conseguir tiempo para mí por dos motivos: familia y estudiar; sin duda, lo sucedido, y visto con perspectiva me devuelve a este camino.

Nada sucede porque sí, todo es experiencia y debemos tratar de extraerla de cada suceso, ya que eso es información que quedará en nuestro cerebro para eso que tanto nos gusta: el futuro.

Podría llenar unos cuantos artículos más con todo lo que he llegado a pensar estos días festivos, de hecho me controlo diariamente el perímetro craneal, y he aumentado varios centímetros ¿o es en otro sitio? Es igual, escribo con el único objetivo de reflejar lo que creo más relevante, para que me sirva a mí, y a vosotros.

Para que quede claro desde un principio, sí, soy donante de sangre. Y lo soy por responsabilidad propia, no por accidente o porque me haya tocado de cerca, motivos todos ellos igual de honorables que el mío. Digo esto porque no es que mantenga ninguna cruzada particular en pro de la donación, ni me dedique a convencer de las bondades (que las tiene) de donar sangre a todos los que me rodean, pero me resulta una acción responsable dentro del conjunto de irresponsabilidades que suele ser mi vida, y eso me reconforta.

¿Qué es donar sangre?

Básicamente es acudir a un centro, móvil o fijo, cumplir con una serie de requisitos y dejar que te claven una aguja para extraerte aproximadamente medio litro de sangre (no pasa nada, tenemos unos 5 litros), que nuestro cuerpo se esforzará en recuperar rápidamente. Por supuesto, aparte de reunir las condiciones  físicas y mentales, y la necesidad de que se acuda libremente, es muy importante que se acepten y entiendan los riesgos, obligaciones y deberes del acto que realizamos. Por eso, como siempre cito cuando hablo de temas de salud, medicina y demás, cada uno, que es quien mejor se conoce a sí mismo, que se lo estudie y decida.

Como al ser donante, suelo recibir información asíduamente, leí una pequeña revista con las novedades del sector, algo así como el MaxiTuning de la donación, y encontré un artículo que me empujó a escribir este artículo. El artículo se titula ¿para qué sirve la sangre? (Original en catalán: Per a què serveix la sang?) Y como creo que es un buen camino para ayudar a entender a la gente la necesidad de donantes que existe, intento darle mayor propaganda desde mi humilde y apitufado blog.

¿Para qué sirve la sangre que donamos?

Cito textualmente: la donación de sangre es un gesto de solidaridad y civismo por su compromiso con el conjunto de la sociedad. Sí, muy bonito, pero solidaridad, civismo y compromiso no es lo nuestro, así que preferiría que coloquialmente dijeran que: la donación de sangre permite a personas que pueden morir, por falta o necesidad de ella, aumentar su posibilidad de sobrevivir. A mí me parece aunque no tan lingüista y socialmente correcto, igual de bonito y más fácilmente comprensible, puesto que resume en su frase un principio básico en la naturaleza, acción – reacción. No sangre – muerte. Sangre – vida.

Se hace hincapié, y sí me parece correcto en que mucha gente asocia la necesidad de sangre a grandes catástrofes o fechas concretas, cuando no es así realmente, son diarias las necesidades, por eso las donaciones deberían ser periódicas. En los hombres se acepta un máxima de 4 donaciones al año, o sea, cada tres meses, y 3 en la mujeres, o sea cada cuatro meses, puesto que estas ya tienen pérdidas de sangre mensuales que su cuerpo se encarga de regenerar, y por eso no es recomendable extraer más sangre del cuerpo.

Es evidente el uso que nuestra sangre tiene cuando alguien sufre un accidente, o tiene una pérdida elevada de sangre, pero también es en las grandes operaciones quirúrgicas que se suelen necesitar tranfusiones de sangre al paciente si ha perdido gran cantidad de ella. Ya sabéis que la sangre es “operador logístico” de nuestro cuerpo, y se encarga de hacer llegar todos los órganos de nuestro cuerpo el necesario oxígeno, así que si perdemos sangre, ponemos en peligro el funcionamiento de cada uno de ellos, pudiendo causar daños irreversibles en estos; por eso es necesario la transfusión de sangre, ya que con esta reposición inmediata, mantenemos la llegada del oxígeno a todos los órganos, disminuyendo el riesgo de muerte o posibles secuelas.

Otro tipo de donación

Una especie de donación avanzada, es la donación de plasma. El plasma es la parte líquida de la sangre y representa alrededor del 55% del volumen sanguíneo, o sea, unos 3 litros de los 5 totales, y básicamente se compone de agua y proteínas, y sus aplicaciones terapéuticas son muy amplias, cada vez más.

Este tipo de donación se llama plasmaféresis, y no es tan sencilla como la donación de sangre, donde sólo hay que extraer la sangre; aquí se establece un pequeño circuito con una máquina, que lo que hace es centrifugar la sangre, y de este modo separar el plasma, y devolver el resto de células al donante, además, por lo visto, como los glóbulos rojos son devueltos al torrente sanguíneo, la recuperación es casi inmediata y se puede donar plasma en periodos más cortos que sangre. Podéis entender fácilmente qué hace una centrífuga pensando en lo que hace una lavadora al centrifugar, acelera la velocidad de rotación, para que el agua salga disparada hacia el exterior del tambor, pues aquí más o menos lo mismo…más o menos…jeje

Además, en este tipo de donación se extraen unos 600ml de plasma, mientras que en la donación normal, sólo se extraen unos 250ml (recordar que se extrae medio litro y el 55% es plasma aproximadamente). Como inconveniente, si se le puede llamar así, la plasmaféresis dura unos 40 minutos, mientras que la donación de sangre nos llevará entre 10 ó 15 minutos (yo soy un rayo, se ve que tengo la sangre muy líquida y con espumilla blanca).

La plaquetoféresis, como podéis deducir de la anterior, consiste en separar las plaquetas de la sangre. Estas, son las células encargadas de coagular la sangre, por ejemplo cuando nos cortamos en un dedo o sufrimos un accidente. Al igual que en la donación de plasma, nuestro cuerpo recupera muy rápidamente su nivel de plaquetas tras ella. Las plaquetas son esos pequeños discos que vemos en la foto ¡los que parecen caramelos Werter’s Original!

He encontrado este enlace, por si os interesa ampliar la información sobre los equipos que intervienen en cualquier tipo de donación. Desde las bolsas de la donación normal, hasta las centrífugas que os he comentado, llamadas máquinas de aféresis ¡realmente interesante! Esto es para enseñarle a aquellos que piensan que las máquinas sólo traen problemas y perjuicios para los humanos…

¡Ya sabéis!

Y si alguien conoce más tipos de donación de sangre, encantados de recibir su explicación.

¡Ole, ole y ole! ¡Gracias, gracias y gracias!

Domingo 31 de agosto de 2008. Después de 1 año y 5 meses, y 170 artículos, un amasijo de huesos, carne y algunos metales, llamado Cosmo, celebra con una sonrisa de satisfacción un nuevo hito… ¡100.000 visitas!

Junto a él, su mujer ve en la tele una reposición de un capítulo de Aida, ante la expresión de jubilo de su marido le dice: ¡muy bien! ¡100.000 visitas! A este ritmo vas a igualar las visitas de tu blog con la visitas que haces al médico… ¡toma oda al matrimonio!

¡Es broma hombre! Mi mujer se ha alegrado mucho de que a «eso a que le dedicas tantas horas» tenga 100.000 visitas, y para acompañarme en mi alegría, ha apretado un botón que instalaron hace poco en el comedor (y mira que ponía: «Pulsar sólo en caso de llegar a las 100.000 visitas» y de verdad que no había sospechado nada hasta ese momento); de repente ha empezado a caer confeti, serpentinas y globos del techo, suenan fuegos artificiales en la calle, las majorettes dan brincos y mueven ágilmente su bastón, mientras por la puerta entra una orquesta…

chan chan chananán chananaaán

chananán chananán chananaaaan an

chan chan chananán chananaaaán

chanana an chan chan chan

…no podía ser de otra manera, se me ha salido el corazón por la boca y aún estoy limpiando el suelo…

¡Gracias!

Y si seguís leyendo el blog después de esto, más gracias todavía… una y más… ¡y qué aguante! (el vuestro)

Pues nada, a ver si poco a poco voy recuperando el ritmo de publicación…

El primer tema del que os voy a hablar, y es por fardar un poco; bueno, bastante…jejeje. Y es que os voy a enseñar el último cacharrito que me he comprado, la HTC Touch Diamond ¡todo un juguete!

Hace tiempo que andaba tras la pista de un aparato de este calibre, acorde a mi “status intelestuá” (o sea, que lo haga todo el cacharro), y como ya declaré mi amor por Nokia anteriormente, tenía muchos números el N95; además el iPhone es un cacharro que no me acaba de convencer, más que nada por lo cerrado en cuanto a software y demás. Entonces la vi a ella… ya lo cantaban Decibelios: “todo por ella por la más bella” (¿era por la botella? El alcohol, al final, hizo mella). Total, que le he puesto unos cuernos a Nokia como el pebetero de los juegos olímpicos…

Juegos dialécticos aparte (como soy), me decidí a comprarme la HTC y no el N95 por puro diseño y comodidad, es más ligera que este, más manejable, más bonita, y no está tan vista. Por supuesto, como esto no es un blog para ello, y sobre todo porque no me apetece hacerlo, no os voy a detallar las características técnicas de uno y otro, aunque creo que podrían ser primos hermanos (realmente tampoco soy muy consciente de las diferencias que puede haber).

Eso sí, voy a explicar que me aporta el tener un equipo de este tipo, frente a un teléfono convencional…

  1. Fardo más…
  2. Gano productividad en la gestión de contactos, dato importante para mí, puesto que encuentro de forma más rápida la información, me permite acceder a mayor cantidad de información dentro de ellos, tomar anotaciones, gestionar mi agenda más cómodamente, etc.
  3. La sincronización con Outlook es total. De esta manera, me puedo enviar mensajes de cosas que me tengo que acordar o apuntar estando en cualquier sitio, y cuando lo sincronizo, sigue su camino. Por ejemplo, estoy comiendo en Cabo Cañaveral, y al ver salir un cohete espacial, me acuerdo que tengo que comprar comida para mi mono; me envío un mensaje a mí mismo: “Comprar comida Monki”, lo recibiré, pasará por mi GTD, se irá a la agenda, acabara el día de compras y Monki tendrá comida…
  4. Fardo más…
  5. Estoy más preocupado de la posibilidad de perder o que me roben el teléfono. Esto sería negativo…
  6. Al tener Windows Mobile, se abre un abanico de posibilidades, totalmente ilimitado. Instalar aplicaciones, software de desarrolladores de todo el mundo, en fin, yo soy de los que opinan que cualquier cosa que pueda conectarse a un PC o tener conexión a internet “no te lo acabas”, y esto es casi como un PC…
  7. Fardo un montón
  8. Aunque lleva lapicito, y pese a que tengo dedos morcilleros, manejo perfectamente todo el aparato con una mano (lleva el software Touch de HTC), así que es perfecto para darte golpes contra las farolas mientras caminas y escribes algo… (por mi habilidad dactilar, entiendo porque mis amigos del parque se ponían tan contentos al verme)
  9. Llevo en un solo aparato teléfono, agenda, calendario, tareas, internet, música, fotos (bastante buenas pero sin flash), GPS…
  10. Fardo un montón
  11. Y por último, me ayuda mucho, y esto para mí es muy importante, a retener información de la lluvia de ideas en la que vivo constantemente. O sea, si tengo una idea sobre cualquier asunto, puedo grabarme una nota voz, puedo enviarme un e-mail, puedo tomar notas caligráficas (escritura normal), puedo hacerme un dibujo, puedo hacerme un croquis, etc. No digo que esto me vaya a servir de mucho, pero os puedo asegurar que me he sorprendido muchas veces arreglando problemas mientras subía en bici a una montaña, encontrando la solución mientras tomaba una cerveza en un chiringuito, o se me ocurren inventos viendo pasar por delante de mí una turba de Krishnas… ¡asina soy yo!
  12. Para que cuadre con el número de mandamientos, me voy a inventar que si lo metes en el bolsillo de la camisa, te la plancha…

Pues nada, con la pedazo de crítica que he hecho, os veo a todos mañana comprando uno o dos cacharritos de estos, si lo hacéis, no dejéis de visitar HTCmania y su foro.

Pues eso, que entre las calores (y la cerveza para remediarlo), los petardos de San Juan, el trabajo, las pocas ganas de sentarme delante del PC, las barbacoas, mi cumpleaños, la victoria de España, el aumento del precio del crudo, los fichajes de verano, la «poca ropa» y algunas cosas más, he tenido un bajón veraniego, una especie de «pedo» que me ha dejado sin fuerzas y no me acaban de venir las ganas de escribir, así que recupero fuerzas y ya volveré… (ai güil retun que dicen los herejes).

¡No os olvidéis de la ingeniería, porque ella no se olvida de vosotros!

Hoy hablaré de algo que conoce muy bien mi amigo Tambuzi (le hago mucha publicidad, se nota que me ha invitado a comer con vino y todo…), la productividad personal. Por supuesto lo haré sin su categoría, ni su nivel, pero cada uno con lo suyo…

Yo entiendo la productividad personal como la capacidad de ser eficaz durante el tiempo que dedicas a realizar una tarea.

Aquí debo aclarar una cosa, que cuando trabajé en una empresa donde la CALIDAD, era una manera de vivir la vida, me enseñaron una cosa que considero muy útil, y que habla de la diferencia entre ser eficaz y ser eficiente. Ser eficiente es hacer las cosas bien, pero ser eficaz es hacer las cosas bien y a la primera. Nunca he llegado a saber porqué alguien llegó a esa conclusión, puesto que tanto en castellano, como en inglés, las definiciones de ambas palabras lo único que hacen es confundir, pero a mí ¡plin!

Eso significa que:

  • realizar tareas bien a la primera (ser eficaz), aumenta nuestra productividad
  • trabajar entendiendo que hay unas pausas y descansos justos y necesarios, aumenta nuestra productividad
  • comprometerse a finalizar una tarea, aumenta nuestra productividad
  • ser realistas con lo que podemos hacer, y con lo que no, aumenta nuestra productividad
  • conocer nuestros defectos, y intentar arreglarlos, suplirlos o aceptarlos, aumenta nuestra productividad

Eso no significa que:

  • dedicando más horas al trabajo, aumente nuestra productividad
  • intentar trabajar a un ritmo superior al natural, aumente nuestra productividad
  • marcar como único objetivo el finalizar una trabajo, aumente nuestra productividad
  • sobrecargar de faena al que más trabaja, aumente nuestra productividad

Bueno, quiero reincidir sobre la primera aseveración, porqué una persona no produce más, cuantas más horas está en el trabajo (estoy convencido), y por desgracia, en algunos países esta es una creencia muy extendida. Por mucho que se emperren algunos a través corrientes culturales, literarias, filosóficas, comerciales (gurús) o económicas (políticos), en intentar «vender» lo contrario, la realidad es que ese interés se diluye cuando llega a la empresa, y los»jefes», parecen estar más contentos cuantas más horas te ven trabajar; incluso ellos mismos sienten una necesidad de pasar más horas en el trabajo que en su casa…

Además, incido sobre otro detalle más, porque a veces me he discutido (sin uñas) con gente, que pensaban que al pensar yo de esta manera, pensaba que las personas tenían que estar trabajando a piñón fijo todo el día y con un ritmo endiablado ¡mentira! Acepto perfectamente que una persona haga una tarea en el doble de tiempo que otra, siempre que no se haya debido a pérdidas de tiempo, y sobre todo, a que sea eficaz. En resumen, si haces las cosas bien en el doble de tiempo, pero se ve esfuerzo y compromiso en tu trabajo, y no inoperancia y pasotismo, por mí, adelante.

Así que os lanzo una serie de preguntas, volviendo por los derroteros filosóficos que llevo estos días (estoy fatal):

  • ¿De qué sirve tener a gente trabajando tantas horas si eso les impide ser felices?
  • ¿Por qué cuesta tanto hacer entender que aumentar la productividad y la felicidad de las personas, aumenta los resultados de una organización? ¿Es que ellos no trabajan o han trabajado al final para alguien? (la memoria, ese gran desconocido)
  • ¿Quién ha demostrado que a más horas, más resultados?
  • ¿ No sería el incremento de la productividad de las personas, un indicador excelente para evaluar el progreso de una empresa?

Y para finalizar, otro pensamiento suelto, sobre este tema. Hoy en día, la informática está hiperdesarrollada para la media de conocimiento de las personas (es mi opinión), y aunque exista una gran demanda aparente de esta informática, sobre todo del hardware, el único objetivo en muchísimos casos es la pertenencia (consumismo). Por eso, los que se encuentran en esta situación, deberían extraer la conclusión de que otros han obtenido una ventaja competitiva (por manejar este software), que podría ser temporal con un esfuerzo en la dirección apropiada, o sea, formándose. Con darle la espalda, no hacemos más que cavar un poquito más nuestra propia fosa, porque hay otras personas que sí aceptan esa evolución, sin miedos, preparándose para lo que haga falta. Estos pitarán…

Gracias a kainita por la foto