En estos días me encuentro inmerso en un proceso, del que ya he vivido unos cuantos en mi vida, y es el de búsqueda de soluciones de software, o sea, encontrar un software y/o hardware adecuado para nuestras necesidades y aplicación.

Y me resulta gracioso (por no poner otro adjetivo más feo), encontrarme siempre con los mismos comentarios y situaciones. La gente se piensa que las soluciones siempre pasan por pedir precios de los software existentes en el mercado, para la aplicación necesaria, comprar SIEMPRE el más barato, y esperar que todo funcione “a las mil maravillas”.

Además esto lo he contrastado con amigos del oficio y, más de lo mismo.

Si os habéis encontrado en la situación alguna vez, seguro que habéis oído eso de: “compramos el software, y una vez tengamos claro como funciona, ya sólo hay que meterle datos”; algunos parecen que acaban de caer de Raticulín.

Además no es una casuística de grandes software, da igual que se trate de un software de diseño en 3D, que un programa de captación de datos para controlar el grado de humedad de los jamones en la despensa.

La primera vez que abrí un software que habíamos comprado para implementar (era un software para control de calidad), a mí me lo habían pintado tan fácil, que yo pensaba que en la caja que iba a abrir, iban a comenzar a salir personas que me iban a ayudar: el que le explicaba a la gente como iba, el que le explicaba a la gente como introducir datos, el que le explicaba a la gente que al segundo día de poner en marcha no se pueden tener resultados, el que controla que unos no escriban en minúsculas y otros en mayúsculas…

Y seguro que muchos estaréis pensando, ahora todo esto está mucho mejor solucionado con la figura del consultor, pues, ya hablaremos más adelante. O si alguno quiere hacerlo…

Saludos