¿ISO o no ISO?

Por supuesto no voy a dar respuesta a esta pregunta, pero algún título sugerente tenía que ponerle al artículo.

El asunto es que leyendo en un foro la pregunta lanzado por Santiago, un crack del mantenimiento, sobre: Cosas en las que creo y en las que no creo (relacionadas con mantenimiento), él mismo respondía que no creía en las certificaciones de calidad tipo ISO, y que no conocía ninguna empresa que se hubiera beneficiado de ello, haciendo alusión directa al aumento de la burocracia en los departamentos de mantenimiento. Como respuesta a esta cita, Raul, un técnico de mantenimiento le daba toda la razón al respecto. Y como yo no puedo estarme callado, he aquí mi respuesta, que por larga y por reflejar mi opinión al respecto, he pensado en publicar en el blog:

Todo lo que os voy a explicar, está basado en vivencias personales, ya que he tenido la suerte de trabajar en varias grandes empresas, una de ellas tenía todas las ISO y certificaciones de calidad del mundo mundial, y la otra no tenía nada…de nada.

CertificadoPara que quede claro desde el principio, tras lo vivido, si tuviera que quedarme con una de las dos opciones, me quedo con la organización que implica trabajar bajo un sistema ISO, aunque con matices que trataré de explicar. Por supuesto, no debemos olvidar que nuestro punto de vista, viene filtrado por un prisma técnico, con lo que muchas personas que puedan leer esto, creerán que doy, o no doy, importancia a términos y temas importantes dentro de la ISO.

Un sistema de certificación de calidad, impulsa la creación de procedimientos para la documentación, entre otros; esto ayuda a establecer todas una serie de caminos para la creación, gestión y almacenamiento de toda la documentación de los departamentos, y al fin y al cabo, de su conocimiento (el know-how de la empresa), así que ahí tocamos un tema peliagudo y altamente importante en las empresas.

Si una empresa es capaz de generar la documentación de forma ordenada, y es capaz de capturar todo su conocimiento en ella, y la evolución de él, ha dado sin duda un gran paso hacia la excelencia (gran «palabro» muy usada en calidad, pero cierto). Pero además ha minimizado el impacto de la marcha de trabajadores y con ello, la pérdida de conocimiento.

Hasta aquí algunas cosas buenas, pero también hay malas. El gran problema que le veo a las ISO, es la rigidez que añaden cuando se implantan sus procedimientos, y que son los que al final provocan que gran parte de las organizaciones acaben renegando de ellas, puesto que a veces complican hasta límites insospechados trámites que deberían ser sencillos, o hacen que personas no acostumbradas a manejar documentación se pierden en la maraña de trazabilidades, números de documento, seguimientos y validaciones (en las que tan a gusto me muevo yo, jejeje). Por otro lado, no debemos confundir esto, con un aumento puntual de la burocracia, puesto que a veces, si no se tiene una visión global, se puede tener la impresión de que estamos perdiendo el tiempo, pero al final estamos facilitando a veces una mejor gestión de la empresa, por ejemplo, cuando un técnico de mantenimiento, debe anotar, incluso a veces descontar directamente, el material usado en una reparación, del sistema de gestión de datos, está facilitando una gestión del stock, y por tanto facilitando una gestión de las compras, y por tanto facilitando una gestión de las finanzas, etc…así que ojo, no caigamos por sistema en la crítica de lo que a veces desconocemos.

Por otro lado, tenemos la empresa que confía que su gestión no necesita una ISO, o cualquier otro tipo de certificación o gestión documental. Y por lo que he vivido, es un problema de escalabilidad en la solución. Cuando una empresa intenta crecer (o sea, todas), sus sistemas debes crecer con ellas. Por ejemplo un sistema de fichas en papel, en un archivador en la mesa del jefe, es suficiente cuando se tienen 40 clientes (y ya me parecen muchos), pero cuando se tienen 200, se debe recurrir a soluciones más eficientes, que nos permitan básicamente relacionar esta información con otra mucha que se está generando en otros departamentos/ámbitos de la empresa. Así, la solución que se venía aplicando, pierde su poder, y por tanto, deja de ser eficiente y a largo plazo, a generar problemas. De esta manera es fácil perder datos, encontrar lagunas documentales (y a veces mentales), problemas de exceso de poder por parte de algunas personas de la organización (que guardan todo en su cabeza), etc.

Creo que esto, hoy en día, existiendo tantos métodos y medios como existen, debe ser erradicado, el futuro de una empresa no puede estar supeditado a las limitaciones de las personas que la componen, por eso se deben crear e implantar soluciones, y entiendo que, en determinados tamaños de empresa, una ISO es la solución a algunos de estos problemas, aunque por otro lado aporten otros. Otra solución sería implantar una ISO de mentirijillas, aprovechando únicamente lo que nos parece acorde a nuestras necesidades, aunque si alguien consigue hacer esto, que nos escriba, comenzaremos a responder con todo tipo de elogios…jejeje.

Finalmente me reitero, si me dan a elegir, prefiero una organización con algún tipo de certificación, que sin ella, entendiendo que estoy hablando de una organización con un cierto tamaño, que son las que suelen plantearse la necesidad de implantarlos.

Eso sí, parafraseando a mi amigo Santiago: no creo en los sistemas ISO, pero solo si son:

  • implantados por necesidades personales. O sea, que a un lumbreras se le ha ocurrido que estaría bien implantar una ISO, como respuesta a su vanidad directiva, y para regocijo personal en reuniones de empresarios (¿a alguno le parece descabellado esto que escribo?)
  • implantados por necesidades publicitarias. O sea, como se ve tan vacía la presentación en Powerpoint de la empresa, vamos a «sacarnos» la ISO que quedarán bien los logos…
  • implantados por necesidades estratégicas encaminadas a la «obtención de mayor negocio». Y lo pongo entre comillas, porque a veces es realque es necesario cierta certificación para trabajar como proveedor de cierto cliente. Pero esto no debería ser la solución sistemática a la intención de crecimiento de una empresa.

En resumen, aunque se me ve el plumero habitualmente… ¡¡¡muerte al desorden y la desorganización!!!

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