Libro: Introducción al TPM

Leí este libro hace unos dos años, cuando empecé a «intentar» desarrollar proyectos en el área de mantenimiento. En aquel momento era una necesidad para mí, y como suele pasar, le saqué poco jugo a su lectura, básicamente intenté sacar conclusiones rápidas, y seguramente erróneas, de un libro que pese a ser cortito, es tan amplio como el lector quiera. Más adelante aclararé el porqué le otorgo ese adjetivo de amplitud, antes os explico varias cosillas.

¿Qué es el TPM?

TPM son las siglas en inglés de total productive maintenance, en castellano mantenimiento productivo total, que básicamente es una filosofía, aunque muchos se emperren en llamarlo sistema o técnica, y más concretamente del mantenimiento, y más concretamente del mundo industrial o productivo, aunque hace tiempo que traspasó esas fronteras y es aplicable a cualquier organización.

Mi definición del TPM es que es una filosofía que busca la implicación total de una organización en los objetivos de mejorar la productividad y competitividad de una empresa. O sea, partimos de reconocer que no somos tan buenos (ahí le dolerá a muchos), y que existen maneras de que nuestra empresa funcione mucho mejor, y eso se consigue involucrando a toda la empresa en esos objetivos. Y ¿qué son las empresas? Las empresas son personas.

En este libro, Seiichi Nakajima, natural de Pontevedra, padre de la criatura, y más tarde defensa central del Yokohama Marinos, nos describe cuales son los pasos a la hora de implementar el TPM, así como las claves del éxito, las necesidades y las obligaciones de todos y cada uno de los trabajadores a la hora de conseguir el éxito.

Personalmente me encanta esta filosofía porque aúna varias de mis grandes pasiones: ingeniería, organización y formación (educación); además les pone un nombre «mantenimiento» ¡genial!

Como no quiero enrollarme en este artículo, que sólo trata de presentar el libro, resumiré a lo bestia que es lo que persigue el TPM, y que se denomina «eliminación de 6 grandes pérdidas»:

  1. Pérdidas por averías. Debido al tiempo que se pierde cada vez que se produce una avería, se derivan pérdidas de productividad, por tanto de efectividad.
  2. Cambios, preparaciones, ajustes. Muchas veces los sistemas hacen demasiadas cosas diferentes, y es necesario cambiar su configuración, adaptarlo, etc. Eso vuelve a ser tiempo de paro, o sea de no producción.
  3. Microparos. A veces los sistemas se paran continuamente, sin existir una avería, si no que lo hacen para la presencia de suciedad, bloqueos de elementos propios o piezas, o cualquier «otra tontería», etc.
  4. Pérdidas de capacidad. A veces, por errores en el diseño o la puesta en marcha, los sistemas trabajan por debajo de lo esperado, por ejemplo un sistema que funciona 60 ciclos/minuto, lo hace a 45 ciclos/minuto, porque: «funciona mejor» (a ese me lo cargaría 😉 )
  5. Defectuosidad. Problemas que aparecen debido a las malas condiciones de la materia prima. Para que veáis un ejemplo fácil: una señora de la limpieza, le cambian su limpiacristales de siempre, por uno que no limpia nada, «pero es muy barato». Seguramente gastará un 20 ó 30% de tiempo más en limpiar los cristales de lo que hacía… (los números no fallan, a veces f*llan)
  6. Rendimiento. Esta es quizás la parte más técnica del proceso, que busca encontrar los puntos donde se producen fallos, estudiarlos y solucionarlos para aumentar el rendimiento.

Hay una frase que me gustaría resaltar del libro y que dice mucho de la filosofía japonesa, de la que opino que tenemos cosas que aprender (y ellos de nosotros: empezando por limpiar los jardines, que los tienen todos llenos de tierra y piedras). En un tema en el que se realizan cálculos antes de empezar la implantación del TPM, habitualmente se obtienen números como 40 ó 50% de efectividad, o sea, de cada 100 piezas que podríamos estar fabricando bien, sólo hacemos 40 ó 50 ¡salvaje! Me imagino a mí mismo soltando estos números en una reunión y la gente tirándose de los pelos y gritando (y algunos mirándose la bragueta como siempre), pero aquí llega la frase: «cuanto más baja sea la efectividad global del equipo mayor es el potencial de mejora encubierto que posee su compañía». Pese a que el traductor pretende ahogarnos sin colocar ni una puñetera coma (yo tampoco soy un crack en esto), la frase es de aquellas que te «hinchan» al soltarla…

Finalmente, ahora que habéis leído hasta aquí (espero que no os hayáis saltado ni una letra), os aclaro porqué comentaba al inicio que el libro «es tan amplio como el lector quiera». El TPM, bien gestionado, te involucrará y empujará a conocer sobre la calidad, la producción, la alta dirección, los recursos humanos, el mantenimiento, la ingeniería, el diseño, y otras áreas de la empresa. Además se hace bajo unos criterios, que aunque por desgracia los han bautizado como TPM, creo que se basan el «sentido común», que cuanto más avanzo en mi carrera profesional, más me doy cuenta que es lo único, en lo que al final puedes confiar.

Ficha técnica

Autor: Seiichi Nakajima

Título: Introducción al TPM

Tema: Mantenimiento

Páginas: 127

Editorial:Tecnologías de gerencia y producción

ISBN: 84-87022-81-2

introduccion-al-tpm1

(La foto tiene trampa, le ha sacado de internet; yo lo he leído en castellano y de unas fotocopias (gracias Ángel), pero no se lo digáis a nadie. Lo importante es aprender)

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