Actualmente estoy observando en la industria la paradoja de la que os voy a hablar, una más, que se está dando en la demanda de perfiles profesionales, y me explico. Por un lado se pide a los profesionales polivalencia para los puestos de trabajo, o sea, que sepamos de informática, de ventas, de gestión, de administración, de cría de cerdos, de vinos, etc. La RAE, define polivalencia como: cualidad de polivalente; y polivalente como: que vale para muchas cosas.
De esta manera, cuando intentas acceder a un puesto de trabajo, no sólo se valora que tengas los conocimientos necesarios para el normal desarrollo de tu trabajo, sino que aportes esa polivalencia citada, o sea, que aportes más valor a tu fichaje, y de esa manera, facilites la decisión, y en muchos casos, te coloques por encima de otros candidatos. Hasta aquí bien, me parece correcto, es normal que las empresas busquen valor añadido ¡para eso pagan!
La paradoja se da cuando el mercado, está tendiendo cada vez más a la especialización, y no porque sea una demanda creada, sino porque la manera en que está funcionando el mercado hace que se tienda a ella. Las empresas se centran en sus productos, procesos o servicios, y apartan todo lo que no afecte directamente sobre estos, y prefieren pagar por ello, y «olvidarse» (fijaros que lo pongo entre comillas, porque eso de olvidarse…). Yo opino que de esta manera, los empleados, sea cual sea su profesión (mientras nadie me diga lo contrario así lo creeré), acaban especializándose, y si queremos otorgarle una connotación negativa, acaban limitándose (profesionalmente).
Yo os voy a hablar de un ejemplo que me es cercano, el de un técnico de mantenimiento, pero me gustaría que alguien más nos pudiera hablar, aunque sea brevemente de algún otro caso que conozca, y así comparamos.
El técnico de mantenimiento ha venido habitualmente realizando toda una serie de actividades como por ejemplo:
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reparar o ajustar. O sea, tareas típicas de mantenimiento cuando una máquina deja de funcionar o no lo hace correctamente.
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mecanizar. Cuando se requiere la construcción de un recambio (no normalizado).
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engrasar. A veces por simple rutina, a veces por profesionalidad, a veces dentro de programas de mantenimiento preventivo…
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mantener sus propias herramientas de trabajo. Sobran explicaciones.
Ahora, lo más normal es que las empresas acudan a servicios externos para un gran número de tareas, como por ejemplo, mecanizar piezas en un taller externo enviándole los planos para ello, o acudir a empresas especializadas en engrase, para que estudie, cree, mantenga y automatice las tareas de engrase o lubricación en una planta, es lo que llamamos subcontratación del trabajo (outsourcing en inglés). De esta manera, al final, el técnico de mantenimiento de la empresa que subcontrata, aunque es posible que tenga los conocimientos, acaba perdiendo información y formación sobre tareas que no forman arte de su responsabilidad, con lo que ya estamos perdiendo esa codiciada polivalencia profesional.
Entonces ¿en qué quedamos?
Bueno, como os he comentado antes, de verdad me gustaría que alguien más contara sus impresiones al respecto, me he quedado un poco aturdido con esta paradoja que acabo de inventar…
P.D.1 (para todos): Me ha dado por buscar la palabra externalizar en el diccionario RAE ¡y no está! Es un invento reciente, y aunque estamos más que acostumbrados a ella, ya tenemos una palabra en el diccionario para describir este fenómeno «subcontratar».
P.D.2 (para todos): Gracias a Niño Indigo por la foto, he buscado «paradoja» y he encontrado tu foto, y me ha parecido más que excelente ¿no creéis?
P.D.2 (para mí): Como ya me ha quedado demasiado largo el artículo, no viene de un poco más. Aunque no sueles leer los mensajes que tú mismo escribes, intenta acordarte mañana de sacar los raviolis que dejaste el martes pasado en la nevera; seguramente ya habrán cobrado vida y estemos ante un nuevo caso de autopastafagia (¡toma!). Si encuentras el tupperware abierto y vacío, busca por la empresa a ver si encuentras una cucaracha gigante pensando en que llegará tarde a su trabajo y no podrá mantener a su familia…es otra opción.
Pués la verdad es que estoy bastante deacuerdo contigo en eso de que se tiende pedir que hagan de todo a los trabajadores, e incluso muchas veces no tan solo pieden que seas bueno en tu oficio si no que cualquier cosa que te ordenen la hagas perfecta, creo que con demasiada frecuencia se da el caso en que el jefe te manda cosas tan dispares que se le olvida el motivo por el que te contrató y a ti también se te olvida por que elegiste ese trabajo, con lo que las desmotivación se puede apoderar de ti y al hacer algo para lo que no estás preparado o simplemente no tiene nada que ver con lo que es tu oficio se apodere de ti la desidia y la dejadez.
Aunque a veces más vale ser util para todo, que no util para nada.
Hola FaZeR
Veo que estamos de acuerdo en algo…pero hay en tu comentario una frase muy importante, donde hablas de la motivación.
La motivación hace que dos personas, ante la misma situación (del tipo del artículo) encuentren, el primero una oportunidad de formarse, ampliar conocimientos, conocer cosas nuevas y así sacar provecho de la situación; y por otro lado, una persona desmotivada sólo encontrará decepción, falsas promesas, estancamiento, llegando a lo que tú comentas…
Para mí, en mi vida laboral, esto ha sido detonante de decisiones, al fin y al cabo todo es temporal en esta vida, hasta la vida mismo, y redundando, la vida está llena de decisiones, lo peor de todo es que antes de tomarlas, nunca sabemos qué sucederá, y esa incertidumbre nos estresa… Y por mucho que haya libros, manuales y cursos, motivar a la gente no es fácil, así que todos deberíamos llegar a la conclusión de que la mejor solución, es automotivarse, así seguimos estando igual de jodidos, pero al menos, parece que controlamos algo…
Bueno, veo que estoy un poco mesiánico, siento el rollo…así me salió…
De nada por la foto, también la encontré entre paradojas. Un abrazo!
Igualmente Niño Indigo…
Y gracias por recordarme lo del tupperware…jajaja