Muchas personas asocian lógicamente la palabra revolución, a grandes cambios. La revolución industrial o la revolución francesa son ejemplos claros de la asociación de palabras, pero también podemos dar otro significado.
Revolución es la manera «corta» de denominar a la revolución por minuto, que es la unidad en la que medimos un tipo de velocidad, la angular. La velocidad angular, a diferencia de la lineal (aquella de espacio/tiempo que indica los marcadores de los coches km/h) es aquella que mide la velocidad de giro de una pieza sobre un eje, por ejemplo, una rueda de coche, las aspas de un ventilador o el mismo planeta tierra.
De esta manera, se llaman formas de revolución, a aquellas que pueden ser generadas al hacer girar un perfil sobre un eje. Un perfil puede ser desde la entidad geométrica más sencilla, el punto, hasta cualquier tipo de forma libre formada por líneas o curvas.
Vamos a ver el ejemplo más sencillo, y para que os resulte fácil de comprender, necesitaréis un par de lápices y una cuerda o hilo (yo como soy un poco cutre, he pelado un poco de cable para sacarle un hilo pppffff). Si cogéis la cuerda y atáis cada uno a un extremo del hilo (no más de 50 ó 60 mm), podréis coger una punta, apoyarla sobre una hoja de papel, y con el otro lápiz, tensar la cuerda y ir pintando sobre el papel ¡un círculo! ¡hemos inventado el compás! Pues nada, el resultado es una forma de revolución, la más sencilla, un círculo, que consiste en hacer girar un punto cualquiera alrededor de un eje cualquier.
Ahora imaginar que pudiéramos dibujar igual en tres dimensiones. Pues bien, para eso existen los programas CAD, y en vez de hacer girar un punto respecto al eje, podemos hacerlo con cualquier forma geométrica, y de esa manera obtendremos piezas denominadas de revolución.
Os he hecho unos ejemplos, a mano. Son cuatro ejemplo de formas de revolución, arriba a la izquierda, el ejemplo del punto del que obtenemos un círculo; arriba a la derecha un ejemplo de un círculo que girado alrededor de un eje resulta un toro o anillo tórico; abajo a la izquierda una forma compuesta de líneas y curvas unidas que dan lugar a esa especie de jarrón macizo (chungo para poner flores); y finalmente abajo a la derecha igual que el anterior pero creando un contorno que al ser girado, deja hueco el jarrón (ahora sí se pueden poner flores). Dentro de cada dibujo, la posición 1, contienen el perfil, o sea, la figura geométrica que dará lugar a la pieza de revolución; en el 2 está la vista de cómo veríamos la pieza en 3D; y en el 3 las diferentes vistas de la pieza que generamos.
Esto es algo tan obvio en el software de dibujo técnico, que nadie le presta atención, pero realmente es importante, porque, sin ir más allá ¿recordáis que hablamos del torneado como proceso de fabricación? Pues bien, en el torno se fabrican únicamente piezas de revolución, recordar que hay un eje sobre el que gira el tarugo de material, y que el perfil, lo dibujaría el camino de la herramienta retirando material.
Un último comentario, es que el fabricar una pieza de revolución puede ser el primer paso, posteriormente se pueden hacer otras operaciones en otras máquinas o mediante otros métodos, pero la base, siempre será una pieza de revolución. Por ejemplo un jarrón con asas necesitará una segunda operación para colocar las asas, y uno muy claro, el alfil del ajedrez necesita una segunda operación que no se hace en el torno para realizar esa ranura que suele llevar.
Hay muchísimas formas de revolución en nuestro día a día: las patas de una silla o una mesa (algunas), los neumáticos del coche (más o menos), los vasos y platos de nuestra casa (algunos). Os divertirá ir pensando unos cuantos días, en piezas que están a vuestro alrededor y que han sido generadas y fabricadas como piezas de revolución. Además, eso os hará pensar en cómo se habrán fabricado esas piezas, y entonces descubriréis que después de todo, leyende este blog habéis aprendido cosas…o eso espero.
¡¡¡Me gustaría ver vuestros ejemplos cotidianos!!! (os pongo a examen, y no valen guarrerías, que os cateo)