Fijándome en empresas que ofrecen su servicio de atención al cliente, a través de números 900 (gratuito) ó 902 (de pago), he pensado que las eficacias de uno y otro, puede ser totalmente opuestas…
La gente cuando llama a un número gratuito, se siente más libre de charlar y por tanto de ser molesta, maleducado o hijaputa, así que la persona que recibe estas llamadas, os podéis imaginar en qué condiciones trabaja. Obviamente, sus resultados pueden ser…
Es sólo una reflexión