En estas últimas semanas he tenido una experiencia vital. No la calificaré como desagradable, aunque lo pueda parecer, pero sí como esclarecedora, cada día estoy más convencido de ello. También he observado que mi entorno ha visto esto de una manera diferente a la mía, eso me ha hecho pensar, porque aunque mi felicidad, es la felicidad de mi entorno, más importante es que la felicidad de mi entorno, es mi felicidad (estimados lectores, siento este nivel de reflexión en estas fechas).
La «experiencia» ha sido que me ofrecieron un buen puesto de trabajo en una empresa, y decidí embarcarme en un nuevo proyecto laboral, pero por una serie de circunstancias, ni proyecto, ni trabajo, ni nadená.
No quiero parecer un sobrado, y aunque admito que esto para muchos puede ser catastrófico, analizando mi suerte, y aclarando que yo soy de los que opino que la suerte la busca cada uno, para mí no ha sido una situación que desestabilizara mi vida, y esto se debe a tantos factores, que mejor os dejo pensando.
Ahora bien, emocionalmente ha sido una bomba. Pero no una bomba de destrucción, si no de construcción, no es que hayan llovido ladrillos sobre mi cabeza, que por fin hubieran encontrado los constructores qué hacer con tanto tocho, pero casi. Soy una persona bastante segura de sí misma, con convicciones, objetivos y motivaciones, y sobre todo, contemplativo cuando lo requiero. Me comparo con una gelatina con muchos ojos sobre un plato ¡qué imagen! Los movimientos o golpes sobre el plato me afectan , pero no me derrumban.
Desde el primer día que supe definitivamente estaba sin trabajo, me dediqué a pensar en como salir de ello (una de mis máximas: busca las soluciones, no a los culpables), y en qué aprovechar esta oportunidad en forma de tiempo que tenía ante mí. Cada uno verá qué significa eso en su vida.
Fruto de todo esto ha sido darme cuenta de que me desviaba de mis objetivos para una vida feliz. Un ejemplo ayudará: ante la pregunta de 4.000€/mes y poco tiempo para mí; ó 2.000€/mes y tiempo para mí; me encaminaba hacia la primera, cuando estoy convencido de que la segunda es más productiva para mí, y me acerca más a mi felicidad. Por eso, uno de mis objetivos a corto plazo era conseguir tiempo para mí por dos motivos: familia y estudiar; sin duda, lo sucedido, y visto con perspectiva me devuelve a este camino.
Nada sucede porque sí, todo es experiencia y debemos tratar de extraerla de cada suceso, ya que eso es información que quedará en nuestro cerebro para eso que tanto nos gusta: el futuro.
Podría llenar unos cuantos artículos más con todo lo que he llegado a pensar estos días festivos, de hecho me controlo diariamente el perímetro craneal, y he aumentado varios centímetros ¿o es en otro sitio? Es igual, escribo con el único objetivo de reflejar lo que creo más relevante, para que me sirva a mí, y a vosotros.