Hoy, hablando con Darío, me explicaba que trabajó hace bastantes años (te haces mayor tío) en una empresa que fabricaba lunas de coches, y como me ha gustado la técnica que se utilizaba, os daré la paliza con esto…
Bueno, realmente no voy a entrar a explicaros nada sobre lunas, ni sobre los «tropecientos» tipos que existen ni nada por el estilo (para eso ya tenéis artículos aburridos como este), simplemente os quiero hacer partícipes que lo que hoy me han explicado y que me ha parecido de una audacia elevada, bueno, para eso está la técnica, y la gente que piensa, pobrecillos…lean o no lean este blog…jajaja
Así que os explico a grandes rasgos un proceso, que es posible que actualmente no se parezca mucho, o sí, no lo sé (a ver si alguien nos lo confirma), pero realmente cuenta con una fase en la que existe una bañera con mercurio, así que hoy en día si algo sabemos, es que el mercurio es un peliiiiiiiiiiiín contaminante (mucho-mucho), y no se utiliza así como así.
El proceso consistía en la fabricación de una lámina de cristal, hasta aquí como en cualquier otro proceso del vidrio. Tras obtener esta lámina, se hacía pasar por encima de una bañera que contenía mercurio, un metal pesado, que a temperatura ambiente está en estado líquido, lo que hace que adapte su forma al recipiente que lo contiene, y debido a su densidad, se consigue que por efecto de la gravedad (que haríamos sin la gravedad), la parte superior del mercurio en la bañera, tenga una planitud excelente, y podemos transferir esa característica a nuestra lámina, que pasa a la siguiente fase. Además, el mercurio es un mal conductor térmico, así que la temperatura del proceso, que se pudiera transferir al vidrio, no afecta a su estado, por lo que no pierde propiedades ¡qué majete el mercurio! Juraría, sino estoy equivocado en todo esto, que actualmente se hace con estaño fundido.
Se me ha ocurrido que para que se entienda perfectamente este efecto, podéis hacer una prueba, aunque no es una reproducción de este proceso, será divertido, y os mancharéis las manos un poco, que eso siempre mola, y además, así parece que me molesto en que quede claro lo que explico… Sólo basta coger un trozo de una hoja de papel de periódico y arrugarla un poco, sólo un poco ¡no la queméis pirómanos! Si después de esto, ponéis ese trozo de papel estirado sobre una superficie plana, su ínfimo peso no será suficiente para que vuelva a la planitud inicial, pero si lo ponemos encima de una película de agua, por ejemplo encima de una taza con agua (donde quepa el trozo de papel plano, claro), actuarán una serie de fuerzas y mecanismos que provocarán que el papel recupere su planitud y quede perfectamente plano sobre la película superior del agua. Sino os sale…ni os bebáis el agua, ni me pidáis explicaciones, algo habréis hecho mal jajaja
Después de esta frikada, seguimos. En la siguiente fase, en la que hemos obtenido un lámina de vidrio perfectamente plano, se coloca esta en el interior de una máquina, donde esta lámina de apoya sobre unas cuchillas y punzones que cuando calentemos la lámina (a muchos grados), actuaran de cortadores de la lámina, dejando una parte fuera, y otra, la luna, dentro de esta máquina. Así que ya sólo falta enfriarla y seguir con algún subproceso posterior que desconozco y que seguro que ya no mola tanto como estos que os he explicado ;).
Este es más fácil de entender, acudiendo a la sufrida plastilina, ponemos dos cuchillos con la punta hacia arriba, y que corten mucho, mucho….Es broma, simplemente con coger una cuchara, y chafar la plastilina contra su perfil (su canto), veremos que el corte en la plastilina, nos reproducirá la forma de la cuchara por donde hayamos cortado ¡divertido, eh!
Pues nada, eso es todo, espero que os haya hecho gracia como a mí…
Por cierto, la foto (gracias a Lord Chernobill) no tiene nada que ver con el artículo, pero busqué en Flickr por parabrisas y me apareció, y como me ha gustado el título…
Actualización/Corrección: Darío, que no sólo me dio la idea para el tema, sino que también me corrige el título. Rezaba «Fabricando lunas de automóvil», que por lo visto es una incorrección gramatical, básicamente generada por el uso del inglés (es lo que tiene dominar tantos idiomas), donde sí es correcto decir: «Manufacturing car’s windscreens»
No me ha quedado claro el ejemplo, ¿el papel lo arrugas o lo quemas?
¿Y despues lo pones encima del agua o el vaso encima del papel? Porq entonces es el vaso el q «aplana» el papel
Estoy torpe hoy…
Hola Frikingeniero
¡Si que soy malo explicando!
El papel se arruga un poco simplemente para ver que luego se vuelve a estirar.
Y lo del vaso o cualquier recipiente es para pasar la hoja por encima y ver como la superficie del agua (llamada película de agua) hace que el papel se convierta de nuevo en una superficie plana.
Realmente aquí hay una pequeña trampa, y es que el agua penetra entre las fibras del papel y las separa, y así facilita que el papel se estire y vuelva a su condición anterior…
Joer, tío!!! Ya me has hecho explicar la trampa del artículo!!!
Bueno, siempre que quieras, puedes volver a desmontarme otro artículo.
Saludos
Sorry, era yo q no lo pillaba 🙂
Tiene q ser guay una superficie grande de mercurio a modo de espejo, lástima q sea tan contaminante.
Sabes q con mercurio hacen espejos parabólicos para ayuda a la astronomia? Y para hacerles la parabólica los giran a rpm constantes en un cazo horizontal, luego lo usan pra mandar un laser vertical que mida las interferencias de la atmósfera.
Pues eso suena realmente interesante, me he puesto a buscar para leer algo al respecto, y he encontrado este enlace ¡es la ostia! No había oído hablar nunca…
Muchas gracias