Otros tiempos…

El fin de semana pasado estuve en Asturias pasando unos días; y como no, aproveché para acercarme a conocer la que ha sido durante largo tiempo la mayor industria del principado, la minería.

Concretamente estuve en la zona de La Felguera, que es una pequeña localidad que forma parte de Langreo, un concejo del Principado de Asturias. Una zona como otras tantas de Asturias, plenamente dedicada durante muchos años a la extracción del carbón, y a la fabricación del acero. De hecho, en esa ciudad estuvo el mayor centro siderúrgico de España, la antigua Duro y Compañía, actual Duro Felguera. Curiosamente, esa localidad se llamaba Turiellos, pero al crearse esta fábrica en una zona llamada la Felguera (donde había muchos helechos), se llamó Fábrica de La Felguera, así que con el crecimiento de esta, la ciudad pasó a llamarse La Felguera.

Es curioso que el tipo que vino a la zona a fundar la empresa, tuvo un esmero en encontrar el sitio, que cuando te lo dicen parece muy lógico, pero que cuando creas algo desde cero, tienes que tener una mente preclara para pensarlo. Plantó su empresa en esa zona por varias razones, primero porque estaba cerca del carbón a extraer, segundo porque había ríos como el Nalón (del que el valle recibe su nombre) y el Candín, y por la facilidad de comunicaciones, la hasta hoy llamada Carretera Carbonera (creada por Jovellanos, que fue de los primeros en aprovechar la riqueza carbonífera de la zona), y del que era el tercer ferrocarril construido en España, el Ferrocarril de Langreo (tras el Barcelona-Mataró y el Madrid-Aranjuez).

Visitando el Museo de la Siderurgia, que graciosamente ha sido ubicado en una de las torres de refrigeración de la antigua planta, te explican toda la historia de la zona, y por supuesto como la empresa ayudó al desarrollo de la misma. Obviamente, hay muchas cosas positivas en que una empresa como esta crezca y desarrolle a todos los niveles las ciudades cercanas, como que en 1960 la Unesco nombró a Langreo el kilómetro más culto de Europa, pero como también hay cosas negativas, te enteras que toda esa gente que formaba se debía de una manera o de otra a la empresa. Así que como siempre, aunque está bien el hecho de que la gente tenga más oportunidades, hay que contextualizar y saber que hay detrás de cada cosa (y básicamente lo que hay es que los ricos siempre quieren ser más ricos, y no dan duros a cuatro pesetas).

En el Museo te explican el funcionamiento de la antigua acerería, de los altos hornos, y en general, de toda la industria que se desarrolló cerca de esta, como la fábrica de tochos refractarios que nació como una necesidad de la empresa, y que acabó siendo una de las más importantes del estado, o como una empresa que aprovechaba los vapores generados en la planta para fabricar sulfato amónico, alguna de fabricación de perfiles, tornillos, etc. En resumen, que el tipo no perdía ni una sola oportunidad de hacer negocio, aprovechaba todo cuanto era aprovechable, hasta los famosos economato para «sangrar» a los obreros, y lo comentado como la formación que pagaban a cambio de la consecuente dedicación a la empresa por unos cuantos años.

Además de ese museo, también visitamos el Museo de la Minería y de la Industria de Asturias, que se encuentra en El Entrego, una localidad cercana a La Felguera, y en el que se puede visitar una recreación de una antigua mina, porque debéis saber que ya no quedan minas activas en España, cayeron todas fruto de la competencia de otros países donde era mucho más barato extraer los minerales.

Me parece muy importante que se creen organismos de este tipo, que se dediquen a conservar la memoria de una zona, ya que como he comentado la minería ha desaparecido como tal, y las nuevas generaciones cada vez irán viendo como algo lejano y desconocido, una industria que fue el motor de desarrollo de la zona.

Como último dato, me gustaría comentar que nos explicaron que aunque las fábrica fue desmantelada en los 80, aún quedan en la zona alguna acerería, que al trabajar con materias primas extraídas de la zona, y no con material reciclado como casi todas las grandes acererías que actualmente tenemos en España, siguen fabricando piezas de las que se requieren un compromiso de calidad y seguridad elevado, como es el caso los perfiles del tren de alta velocidad o AVE, que se fabrican allí.

Pues nada, os aconsejo visitar la zona y no dejar de visitar estos museos para conocer un poco de la historia de una de las zonas industriales más importantes que hemos tenido en el país.

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