Buenas de nuevo a todos los compañeros en las ondas… O eso era en la radio…

Como todos conocéis, ya que este blog siempre ha sido única y exclusivamente visitado por familiares o amigos, la irrupción en mi vida de un «nuevo elemento», junto con algunos cambios en mi vida profesional, propiciaron hace largo tiempo que mi querido blog, quedara relegado a un mero recuerdo de una etapa pasada ¿mejor? ¿peor? Otra…

Bien es cierto, que a los que nos gusta explicar, el gusanillo siempre nos puede, y al final, usando el medio que sea, nos dedicamos en cuerpo y alma a ello. De hecho, sinceramente creo que mi buen hacer en esta última etapa profesional de mi vida, en la que he tenido, y tengo, responsabilidades comerciales y de gestión de recursos humanos, añadidas a las ya más que «sobadas» funciones técnicas, se debe a ese espíritu de compartir lo poco que sé o que he aprendido, esperando que de ese ofrecimiento, mis interlocutores saquen algún provecho o beneficio. Pero esto quizás es motivo de otro post más adelante.

Como os digo, hace años nació mi hijo Biel, que ha sido, es y será lo más importante en lo que he participado en toda mi vida (participación aunque solo sea por el apretón de mano de mi mujer durante el parto, que si tuviera que medir en Newton-metro, me iba a tocar resucitarlo para inventar otra magnitud 😉 ), y eso me ha mantenido, me mantiene y me mantendrá (¡qué atemporal estoy hoy!) bastante apartado de mis necesidades, sean escribir cuatro letras en este blog, mis aficiones, o mis obligaciones, porque como ya sabéis los que sois padres, esta es «LA OBLIGACIÓN», y no conozco muchas cosas que se puedan disfrutar tanto como eso… ¡y sufrir también! Para que nos vamos a engañar, pero son sufrimientos que, aunque parezca mentira, cuando han pasado los hechas de menos 🙂

Por otro lado, mi mente inquieta, de mecánico venido a más (nuevo título para este humilde blog), no ha parado ni un segundo, y aunque estoy intentando aprender a vivir de manera más reflexiva, el cerebro apresado en este cráneo, de magnitud importante aunque limitado en contenido por los algodones olvidados por los doctores en su interior, es una olla en ebullición. También me ha dado tiempo de retomar algo de estudio, y me dio por el tema de la eficiencia energética, que aunque muy manido últimamente, encierra grandes secretos sobre el funcionamiento de los sistemas de energía que mueven el mundo, por mucho que algunos profesores se hayan emperrado en ocultar detrás de apuntes aburridos, métodos de aprendizaje soporíferos, y escuelas que hacen las cuentas de la lechera; las económicas, claro.

Profesionalmente sigo en contacto con la industria, aprendiendo cada día más y más, y quiero creer que ese desequilibrio interno, de aprender mucho y transmitir poco, últimamente está perturbando mi ya maltrecha salud mental, y es que por mucho que le explico cosas a mí hijo y a mi mujer, no consigo que pasen más de tres minutos sin que se duerman…

Eso sí, los he enganchado al Así se hace, al Cómo lo hacen, al Megaconstrucciones y por supuesto mi hijo ya tiene una caja de herramientas completa, que como buen mecánico está en perfecto estado de revisión (permitirme que salga del PC a partirme…). Por cierto, el mamón hoy me ha cogido despistado, y como dejé mi multímetro encima de la mesa, lo he pillado poniendo las bananas en una pila como me ve hacer a mí, para ver el estado de carga.

Friki ¿eh? Pero a estas alturas de blog ¿alguien pensaba lo contrario?

P.D.: Por suerte, no sabe que tiene que quitar las fundas a las bananas para poder medir.Todo llegará…

Fuente: Wikipedia

Me he pasado muchos años de mi vida profesional viendo a responsables tildados de » incapaces de delegar,» y siempre pensé que debería ser algo negativo (sosteniendo un vaso de café en la máquina mientras charlas con compañeros todo parece siempre más fácil de lo que realmente es). Lógicamente me ha tocado lidiar con personas de tipo, y les agradezco mucho, pues es igual de necesario y válido aprender qué debes hacer, tanto como lo que no debes hacer si realmente quieres formar parte de un equipo que progrese. Pero aún así hoy (bueno, en realidad hace unos días ya), he descubierto que se perdían algo mejor.

Se ha escrito mucho, y leído algo menos, sobre el término delegar; yo mismo he leído y releído información en numerosas ocasiones con el objetivo de «aprender a delegar», o simplemente delegar mejor; incluso durante mucho tiempo le daba vueltas a intentar entender qué quieren decir con delegar ¿no querrán decir jefar?¿no querrán decir que trabaje otro?

De hecho, hace un tiempo hablando con mi amigo Jordi, que está igual de activo que yo en el blog, me ayudaron mucho dos conceptos que se me han quedado gravados, pues rápidamente determiné que eran causas de retraso en la gestión de equipos (el mío al menos), uno por supervisión o micromanagent, y el otro por su propio peso:

  • Primero. «Suficientemente bien», está bien; la perfección (o la tendencia a) y el sobre esfuerzo no es casi nunca necesario (y muchos menos, valorado)
  • Segundo. Aprende a decir que NO. Acabarás formando parte de un equipo de «apagafuegos».

El caso es que escribo este e-mail porque he descubierto la que quiero sea la piedra angular del edificio, tras mucha literatura, mucha conversación de bar, mucho seminario, y mucha más información de la que soy capaz de retener y asimilar he comprendido una cosa: delegar es aprender.

Ahora sí que me sabe mal por todas aquellas personas que no saben delegar (o no quieren), porque se están perdiendo una de las maravillas del mundo empresarial.

  • ¿No sabes hacer algo? Delega, no hay nada de malo en ello (en no saber nada 🙂 ), por eso formas parte de un equipo, o de eso presumes…
  • ¿Crees que algún miembro/s de tu equipo es capaz de hacerlo mejor que tú? Delega, encontrarás más riqueza que en tus pensamientos y conocimientos.
  • ¿Quieres sorprenderte? Delega en tu equipo porque te sorprenderán gratamente.
  • ¿No llegas a tiempo? Delega, varios  cerebros y varias manos, en caso que todos los miembros de tu equipo tengan cerebro, son más veloces que tus propios miembros.
  • ¿Quieres echarle la culpa a alguien? Delega
  • ¿Quieres aprender? Delega

La delegación es el complemento perfecto para un profesional, y debería ser tutelada en las empresas, pues creo que realmente el enriquecimiento de una institución pasa por el crecimiento del grupo, y sin delegación, el progreso, ni por asomo se acerca a las cotas realmente alcanzables.

¡¡¡Equipoooooooooooo!!! 🙂

Mis felicitaciones y las gracias a Los FisQui y su profe Juan Fco. Álvarez.

Tranquiliza ver que no todos los alumnos son como los que salen en la TV, que sigue existiendo la didáctica y las ganas de hacer cosas útiles para los demás en los colegios.

Enlace

En mi juventud fui un lector empedernido de cómic, fanzines y todo tipo de aventuras gráficas que caían en mis manos, o pasaban delante de mí. Supongo que sería en mis lecturas de «El Jueves» que conocí, y de ahí me sonaba cuando compré el libro, el Perich. Por cierto, conservo cierta obsesión por algunas publicaciones, aunque como algunas cosas de esta **** sociedad, se haya convertido en una especie de lujo…

Todo y que me pareció un libro antiguo, me sorprendió saber que fue publicado en 1970 ¡yo ni había  nacido! Pero cual ha sido mi sorpresa al comprobar que podría haber sido escrito perfectamente por Perich este 2011 que estamos a punto de finiquitar (y no volverá 😦 ).

El libro es un compendio de humor gráfico y un montón de sentencias y frases que versan sobre todo tipo de temas como sociedad, política, historia, deportes, educación, religión, televisión, y repito, algunas de ellas parecen inspiradas en acontecimientos recientes ¿será por eso que dicen que siempre la historia se repite? Al final tendrán razón aquellos que dicen que estudiar y conocer la historia debería servir para no volver a cometer los mismos errores.

Bueno, dejando filosofía aparte, recomiendo que naufraguéis por algún mercadillo dominical en busca de este libro si queréis envenenaros con la acidez de este gran humorista. Con que os sorprenda un 50% de lo que me ha sorprendido a mí, creo que estaréis satisfechos con la compra. Me vienen a la mente grandes tópicos para definir su humor como caustico, ácido, humor negro, sátira, y uno que ahora está de moda, y que sirve para que los seguidores puedan mirar por encima del hombro al resto, el humor inteligente.

Estos días, como se me había abierto la curiosidad, busqué referencias suyas por la red para enterarme primero que: muerto está, pero vivo su legado, aunque eso no le dé de comer a sus gatos, ni queme su garganta; y para confirmar que si por cualquier circunstancia te has acercado al personaje, desconozco si así era la persona (aunque podría ser insoportable vivir con un hombre que era capaz de sacarle punta con la lengua a una piedra de afilar), no te puede haber dejado indiferente. Me sorprende como hace reír, pensar, recapacitar, sorprender o enojar con tan pocas palabras.

Aunque podéis encontrar numerosas referencias y webs por la red (aquí y aquí), quiero aprovechar para dejar un par por aquí que me han encantado:

  • -¡Papá! ¡Papá! – ¡Calla, mentiroso!
  • La carretera no es más que un control de natalidad a destiempo
  • El dinero sí da la felicidad. Lo que no la da es tener que ganárselo.
  • En España no somos racistas. Si de un tío que trabaja desorbitadamente, decimos que «trabaja como un negro»; de un avaro, decimos que es «un judío»; de un hombre excesivamente celoso, decimos que es un «moro»; o de un individuo tonto, decimos que «le han engañado como a un chino», es porque somos un pueblo dicharachero y sin prejuicios.

Pues nada, ahí queda eso… ¡el juego que hubiera dado el Perich en estos tiempos que nos toca vivir! (igualmente descansa, que tampoco pasaste buena época).

Ficha técnica

Autor: Jaume Perich

Título: Autopista

Tema: Humor

Editorial: Círculo de lectores

Depósito legal:  B. 34706-71

Tras tener que haber gastado un par de horas en reparar el blog, se había descuajaringado por culpa de alguna maldita actualización automática de WordPress, aún me quedan ganas para desahogarme escribir sobre algo que me alucina como trabajador.

Lanzo una pregunta al aire, y lamento que ya nadie siga el blog como antes (tenía dos personas que me seguían por todas las esquinas), porque me gustaría conocer realmente opiniones al respecto, y sobre todo saber de primera mano como se sienten otras personas ante una situación como esta. La pregunta es: ¿es mejor candidato una persona que tiene conocimiento, pero pocas ganas de trabajar, o una persona con ganas de trabajar, pero sin conocimiento?

Antes que comencéis a sacar humillo por la cabeza, fijaos bien en la trampa de la pregunta, pues no pregunto sobre personal de plantilla, si no sobre una persona que va a ser candidato a un puesto de trabajo.

Dicho esto, os cuento mis vivencias porque dándole algunas vueltas, como tantas veces, no acabas de ver si negro o blanco sobre la pregunta anterior. El caso es que el primer candidato que paso a formar parte de en mi equipo, tenía mucho conocimiento, posiblemente más que yo, y eso siempre es positivo para un grupo. Lógicamente en un proceso de selección, un perfil así, con conocimiento técnico, del mercado, de cliente, etc, es un caramelo en la puerta de un colegio, pero lógicamente las personas no son sólo su conocimiento, y bien fuera por nuestra parte en no saber incentivar/motivar, o suya por no «avisar» antes de la situación, la persona en pocos meses comenzó a demostrar poco interés por el trabajo. Lógicamente en este punto, lo mejor es cortar (sin pegar 🙂 )

La siguiente persona que entró, gajes del oficio, por que es habitual, fue un: quiero pero no puedo, y además no me expliques por que yo ya lo sé. Como me imagino que no habéis entendido nada, explico en otras palabras; es la típica persona que argumenta «saber», y los que hacen entrevistas, saben que esto siempre es difícil de validar, y a los pocos días, ya ves que sabe levantarse y saludar… Aún así, si una empresa sabe, y puede, ser paciente, es posible integrar una persona de este tipo si sabe agregarse al grupo y forma parte de él para avanzar, pues desde mi punto de vista, tienen una cosa positiva, tienen seguridad en sí mismos (por eso creen que saben lo que saben y lo que no. Este paréntesis lo podría firmar Groucho). El caso negativo es que esta persona no dejaba entrar en su ruedo ni al equipo, ni a los responsables, y así es difícil permitir avanzar al grupo. Resumiendo y por acercar a la pregunta, en este caso, poco conocimiento, y «justas» ganas de trabajar (eso siendo benevolente). Corta y no pegues.

Por último, y más asombroso para mí, pues no había oído hablar de este perfil. Encontramos una persona de buen perfil humano, conocimiento y formación adecuados, entendiendo que es difícil encontrar un conocimiento específico de nuestra empresa (que sí tenía el primero, al menos en algunas áreas), y sobre todo, sobre todo: muchas ganas de trabajar. Bien.

Cualquier empresa, conocedora de los tiempos, ha de entender, y suele entender que hay un período de adaptación, que afecta a la persona, a su integración, a su entorno cercano; y otro período de aprendizaje que lógicamente en función de las funciones del puesto, puede ser de días (sobrepuesto con su adaptación) o de años. Con lo que debe validarse inequívocamente el primero, y evaluar la progresión en el segundo. Pues bien, esta última persona, que como os comento, requería de un período de aprendizaje largo (hablamos de unos dos años), acuciado (y sí, he escrito bien la palabra que mejor se amolda a la situación) por sus propias ganar de trabajar y de ser funcional, ha acabado totalmente anulado como persona y como profesional, pese a reiteradas reuniones de ayuda y numerosas charlas sobre que estábamos en una situación normal, donde el tiempo juega a su favor. En este caso, nos encontramos con escaso conocimiento (aunque con una base correcta), combinado con unas enormes ganas de trabajar, tampoco ha sido una combinación de la que hayamos sabido extraer nada positivo. En este caso, ha cortado él. (pero que conste que en este caso tampoco le hemos pegado 😉 )

¿Qué estamos haciendo mal? Y sobre todo, repito mi pregunta, ya que la considero interesante para debatir: ¿es mejor candidato una persona que tiene conocimiento, pero pocas ganas de trabajar, o una persona con ganas de trabajar, pero sin conocimiento?

¡Ah! Por si alguien se queda interesado, como buen hijo de gallego, seguiré pensando en la incorporación de alguien, aunque ahora mismo, mientras escriba esto, es en lo último que tengo ganas de embarcarme ahora mismo, pero mis ganas de trabajar, fluctuantes como las de cualquier hijo de vecino, siguen intactas, aquí, o en la República Popular China.

¡Sí, sí! Has leído bien, ese es el título. Nunca, nunca, nunca, responderé a preguntas sobre cómo se me ocurrió escribir este artículo. Eso sí, esto es una demostración que la ingeniería está en todos lados, o mejor dicho todavía, un ejemplo más de cómo la ingeniería se nutre de la naturaleza para crear.

Pues nada, aquí estamos con un apasionante tema, el cuerpo humano ¿pero si aquí nunca habíamos hablado del cuerpo humano? No es cierto del todo, mira estos ejemplos: sinestesia, prótesis, agua, etc. Y es que, como veremos a continuación, estamos hablando de una aplicación de ingeniería naturomecánicohidráulica (toma patada al diccionario).

Para empezar hay que poner una foto, aunque no parezca acorde a la línea gráfica del blog, si es que alguna vez la he tenido:

Male anatomy blank

No voy a entrar en el detalle del proceso de erección, ya que este artículo explica perfectamente como la parte bioquímica de nuestro organismo hace actuar a la biomecánica, que es donde entraremos nosotros. O sea, nos centraremos en el momento de la eyaculación, de ahí el título…

Esto es una información que extraigo de mi intuición como mecánico, así que espero no equivocarme, primero porque desmontaría este bonito artículo que estoy intentando acabar, y segundo porque perdería la credibilidad que tantos años me ha costado generar. El caso es que existe un tipo de movimiento llamado peristáltico (o peristalsis), que consiste básicamente en aplicar fuerza externas sobre un tubo, de manera que hagan avanzar el fluido o sólido que hay en el interior del tubo, así, por ejemplo, nuestro cuerpo hace avanzar el bolo alimenticio por los intestinos y hace la digestión, y de la misma manera se realiza la eyaculación mediante la contracción de algunos músculos y otras partes del aparato sexual. Observar que no es un proceso contínuo sino rítmico.

Todo esto para llegar a explicar que existe un tipo de bomba en el mercado, utilizada prioritariamente para mover fluidos o sólidos agresivos química o abrasivamente, o, por otro lado, para mover productos alimentarios, farmacéuticos o estériles, ya que el único contacta al ser bombeados, lo realizan con el interior del tubo.

Los tubos que realizar la función peristáltica, sufren continuamente deformaciones para impulsar el producto, así que en muchas ocasiones, están bañados con algún fluido lubricante, que en ningún caso (a menos que se trate de una avería), puede entrar en contacto con el producto.

Aquí adjunto una representación gráfica desde la Wikipedia, que muestra la relación con lo descrito anteriormente, donde la presión continuada en diferentes zonas de un tubo, impulsa en fluido hacia adelante.

Las aplicaciones más comunes en las que podemos encontrar este tipo de bomba son:

  • necesidad de dosificación de productos. Por ejemplo adhesivos para montaje aumático o manual, productos químicos para tratamientos de aguas…
  • bombeo de fluidos con altos contenidos de sólidos (por tanto con probabilidad de abrasión). Por ejemplo fangos en depuradoras, productos áridos como cales, cementos, argamasas…
  • bombeo de productos alimentarios. Por ejemplo zumos, batidos, leche…
  • bombeo de productos sensibles al corte o delicados (que es otro tipo de bombeo dañarían su textura o composición). Por ejemplo zumos, aceites, alimentos triturados…

Realmente es muy difícil, yo mismo, aunque escriba esto, soy el primero que incumplo el título muchas veces, el ritmo de vida, las prisas, las ocupaciones, los horarios, etc; pero vamos a reflexionar igualmente sobre ello. Tampoco perdemos nada…

¿Cómo estás? Esa parece ser una pregunta cordial, de amabilidad, o simplemente de primer contacto, pero encierra un gran mensaje interior, la demostración de interés (suponiendo siempre que no somos unos hipócritas). Todos vivimos pensando que tenemos que ser interesantes para alguien, para nuestros padres, para nuestros hermanos, para la familia, para los compañeros… ¡y es así! O debería ser, pero ¿cómo reforzamos esos lazos?

Cuantas veces nos olvidamos que haciendo hablar a otra persona, nos permite acercarnos un poco más a ella, a su día, a su vida, a sus intereses, a sus dolores, a sus traumas… Y lógica y sencillamente, la manera de hacer hablar a otras personas es mediante las preguntas. No quiero entrar a hablar sobre técnicas, ni PNL, ni psicología, ni nadená, simplemente quiero reflexionar sobre un nexo que une personas, la pregunta.

Pese que hay preguntas vacías, y también respuestas vacías, preguntar es una demostración de interés, así como lo es obtener una respuesta. A no ser que se trate de una conversación mal llevada, o un interrogatorio policial (y no es que yo sepa nada de esto… jejeje), hacer intercambios de preguntas suele enriquecer una conversación, y he ahí el quid de la cuestión.

Si cuando entablamos una conversación con una persona, lo primero que hacemos es explicarle lo bien o lo mal que nos va la vida, del partido de ayer, de tal político o del vecino del quinto, al acabar la conversación, qué sabremos de él ¿cómo se encontraba? ¿cómo le había ido el día? ¿quería comentarme algo? ¿estaba feliz por algún motivo? ¿habría alguna novedad en su vida?

Os propongo una cosa, a partir de ahora observar a las personas de vuestro entorno, y identificar a aquellos que lanzan preguntas contínuamente, o a los que no lo hacen, y vosotros mismos os sorprenderéis de los vínculos con unos y otros.

Finalmente, todos conocemos personas que hablan contínuamente, y ya no entramos si las conversaciones o temas son más o menos intrascendentes o interesantes, pero lo que si os puedo asegurar si los observáis, es que cuando «acaban» contigo, no saben nada de tí, y como leí hace poco en el discurso de Bobby Kennedy: […] aquellos que viven con nosotros son nuestros hermanos, que comparten con nosotros el mismo corto momento de vida, que solo buscan, como nosotros, la oportunidad de vivir la vida con bienestar y felicidad, disfrutando lo que la satisfacción y el logro les proporciona.[…] Así que, preguntemos un poco más a los demás, y plantaremos las semillas para ser un poco más felices…

O al menos eso creo yo ¿no?

Es curioso el objeto de mi observación,por parecer interesante diré que, casi investigación…

Cuando empecé a escribir en este blog, lógicamente estaba pendiente a mi entorno virtual, otros blogs técnicos (o intentos de ello), unos cuantos de renombre en el campo de la ciencia, algún que otro sobre gestión o empresa, y alguna cosilla más de mi interés ¡¡¡algunos de ellos realmente fascinantes!!!

Pues bien, resulta que he estado ojeando todos los blogs a los que fui asiduo, o simplemente seguidor, ya fueran de ciencias o de letras, famosillos o de barrio, bonitos o feos, y a todos sus creadores les ha pasado lo mismo que a mí, la vida le ha llevado por otros derroteros, ya sean proyectos laborales, descendencia, agotamiento o simplemente hastío.

Simplemente me ha hecho gracia constatar una sensación que ya tenía, que esto de tener un blog, y dedicarle horas (ni os podéis imaginar la de horas que hay en este blog), es una experiencia más; la pruebas, la disfrutas, la exprimes, la sufres, y al finalizar… os hiero la matas, o para aquellos flojos de espíritu, la duermes.

Es curioso, que yo mismo estoy ofreciendo resistencia al «ocaso blogeril», pero quizás es inevitable el apagón ¡seguiré reflexionando!

Hace unos días, me quedé hasta la 1:30 de la madrugada viendo la película Bobby, que trata sobre los momentos previos al asesinato de Robert F. Kennedy. Comento lo de la hora, ya que pensaba que a esas horas, con los sentimientos «flojeando», escuché un discurso pronunciado por Robert que acompañaba los últimos minutos de la película y que me tocó la «fibra sensible».

Como aún tenía tiempo antes de que Morfeo me atrapara en sus redes, busqué en Internet el discurso y me lo envié al e-mail para leerlo con calma, y ver si fue un momento de «flojera», o realmente es tan bueno como me pareció; sinceramente, me sigue pareciendo fantástico. Creo que solo hay que arrancarlo del momento histórico en que se pronunció, globalizarlo y externalizarlo (parezco un consultor de empresas) del contexto norteamericano, y me parece vigente y universal. Aquí os lo dejo:

Hoy no es un día para política, aprovecharé mi único acto de hoy, para hablarles brevemente, de la insensata violencia en América, que de nuevo salpica a nuestro país y la vida de todos nosotros. No incumbe a una sola raza, las víctimas de la violencia son negras y blancas, ricas y pobres, jóvenes y viejas, famosas y desconocidas; son sobre todas las cosas, seres humanos a los que otros seres humanos querían y necesitaban. Nadie, viva donde viva, haga lo que haga, puede estar seguro quien va a sufrir, por un acto insensato de derramamiento de sangre. Sin embargo, sigue, sigue y sigue en este país nuestro. ¿Por qué? ¿Qué ha conseguido siempre la violencia? ¿Qué ha creado siempre? Siempre que un americano pone fin a la vida de otro americano, innecesariamente, ya sea en nombre de la ley, o desafiando la ley, ya sea un hombre o de una banda que mata a sangre fría o con rabia, en una ataque de violencia, o respondiendo a la violencia, siempre que se rasgue el viento de una vida, que otro hombre ha tejido, torpe y penosamente, para él y sus hijos, siempre que hagamos eso, la nación entera será degradada. Y sin embargo parecemos tolerar un nivel creciente de violencia, que ignora nuestra común humanidad, y nuestras demandas a la civilización. Demasiadas veces celebramos la arrogancia y la chulería, y a los bravucones, demasiadas veces excusamos, a los que quieren construir su vida sobre los sueños destrozados de otros seres humanos. Pero hay una cosa clara, la violencia engendra violencia, la represión engendra venganza, y solo una limpieza de toda nuestra sociedad, puede arrancar este mal de nuestros corazones. Pues cuando enseñas a un hombre a odiar y temer a su hermano, cuando le enseñas que es un ser inferior, por su color, o sus creencias, o las normas que siguen, cuando le enseñas que los que son distintos a ti, amenazan tu libertad, o tu trabajo, o tu hogar, o tu familia, entonces aprende también a enfrentarse a los otros, no como conciudadano, si no como enemigos, recibiéndolos no como cooperantes, si no como invasores que subyugan y someten. Y al final aprendemos a mirar a nuestros hermanos como extraños, extraños con los que compartimos una ciudad pero no una comunidad, hombres ligados a nosotros en una vivienda común, pero no en un esfuerzo común. Tan solo aprendemos a compartir un miedo común, solo un deseo común, de alejarse del otro, solo un impulso común, de superar el desacuerdo con la fuerza. Nuestra vida en este planeta es demasiado corta, el trabajo por hacer es demasiado grande para dejar que ese espíritu prospere por más tiempo en esta tierra nuestra. Desde luego, no podemos prohibirlo con militares, ni con una resolución, pero quizás podamos recordar, aunque sea por un momento, que aquellos que viven con nosotros son nuestros hermanos, que comparten con nosotros el mismo corto momento de vida, que solo buscan, como nosotros, la oportunidad de vivir la vida con bienestar y felicidad, disfrutando lo que la satisfacción y el logro les proporciona. Seguramente este vínculo de sentido común, seguramente este vínculo de objetivos comunes, puede empezar a enseñarnos algo. Seguramente podremos aprender, por lo menos, a mirar alrededor a aquellos de nosotros que son nuestros semejantes, y seguramente podremos empezar a trabajar con algo más de entusiasmo y a curarnos mutuamente las heridas, y convertirnos otra vez, en hermanos y compatriotas de corazón.

Los que triunfan en la vida son aquellos que ante los problemas, buscan las oportunidades. No hablo de dinero, ni de éxito, hablo de personas. No doy lecciones a nadie, ni puedo ni debo, pero la vida me ha enseñado que todo lo que no suma, resta; los puntos medios y las medias tintas son para los que no quieren o no pueden llegar allí donde otros se sienten cómodos y felices.