No se si lo poco me enseñaron de economía me ha servido para entender mejor o peor este libro, pero sí que tengo que reconocer, que el autor se lo ha trabajado, y pienso que no hace falta tener muchas nociones de economía para saber de qué habla. Y es que este es un libro de economía para entender los principios básicos de funcionamiento de una economía, bueno, de algunas de sus partes. Así que no me cabe más que felicitarle ¡felicidades Tim! y enviarle un jamón para que lo analice desde su punto de vista…muy económico…demasiado económico…
Digo esto del punto de vista, porque el libro, aunque trata de economía, la trata de una manera en que puede reflejarse y entenderse a través de nuestra vida cotidiana, el café, los alquileres, los chinos, la pobreza, los precios de los supermercados, etc… nunca sin perder de vista que este tipejo pertenece al supramundo de los economistas, donde todo es convertible a números ¡qué manía tiene esta civilización en convertirlo todo a números! Las matemáticas son de las pocas ciencias exactas y más desarrolladas que conocemos, creo que de ahí ese empeño. Además el tipo le da al humor, humor económico claro…
Antes de comenzar con mis peculiares anotaciones del libro, no puedo hacer más que recomendarlo para cualquier tipo de persona, animal o cosa, porque al igual que el autor del libro, creo que dos de las maneras más eficaces de entender el mundo son a través de la ingeniería y de la economía, así que todos deberíamos saber un poquito de cada cosa para evitar caer en los errores en qué solemos caer… (y no me extiendo por aquí porque sino no acabo…) Además como he citado, es un libro escrito para entender la economía, puesto que cada concepto lo relaciona con elementos cotidianos, y eso, entre los libros de economistas, y por desgracia, no suele ser un modus operandi muy habitual…
Primero me gustaría apuntar que opino que tooooooooodo el mundo debería saber que significan esas palabras que a veces soltamos sin saber muy bien el porqué, la ley de la oferta y la demanda, sin esto, no podréis entender nunca porqué los melocotones cuestan a veces 2 ó 5 euros, porqué un hotel cuesta 600euros/noche al lado de un monumento y 250€/noche cuatro calles más abajo, etc.
Entrando en cosas que me han parecido interesantes del libro, os anoto unos cuantos temas que me han parecido interesantes, junto con una breve ayuda para entenderlos:
- El poder de la escasez. O ¿qué pasa cuando existen pocas unidades de algo?
- La corrupción. Poca explicación necesita esto…
- Qué son las externalidades. Explicable con un ejemplo; yo me compro un coche, y con ese coche contribuyo a la contaminación, a los atascos, a agravar problemas respiratorios que repercuten en los gastos hospitalarios, etc ¿deberíamos pagar suplementos por todo esto al comprar nuestro coche?
- La información (tema amplio). O ¿qué pasa cuando existe información asimétrica? Ejemplos: una venta de coche donde el vendedor sabe los problemas de este, y el comprador no; una aseguradora que hace un seguro a una persona que sabe que tiene una enfermadad y la oculta; etc
- La globalización y China. Poco a añadir a estos temas
Hablando del tema de las externalidades, siempre se habla de fijar un precio, y de hecho se practica mundialmente, esto no es ni mejor ni peor que otra medida, simplemente se basa en suposiciones a veces de caracter científico (índices de contaminación), de caracter social (molestias por ruido), o a veces sobre preferencias subjetivas, como el tiempo, la comodidad o la salud, como por ejemplo pagar por circular por el centro de algunas ciudades. A veces la fijación de precios provoca cosas tan divertidas con la «joroba de camello» de Nueva Orleans, donde se gravaban las casa en función del número de plantas que había en la fachada (podéis imaginar la forma), en Gran Bretaña existen muchísimas casas con aspecto lúgubre porque desde 1696 hasta 1851 se gravaba a la gente por el número de ventanas de sus casas.
En cuanto al tema de la información, leo en libro una cosa bastante graciosa, ahora que la entiendo claro ¿por qué los bancos siempre han construido edificios tan imponentes? Cuando antiguamente los estados no ejercían supervisión sobre estos, la gente no sabía si era fiable meter su dinero en un banco o no, así que si veían un gran edificio, con bronces, piedras elaboradas y obras de arte, es lógico pensar que no se iban a ir de un día para el otro de allí ¿verdad? Por eso (y alguna otra razón) esperamos pagar menos por unos tejanos en un mercadillo ambulante que en una tienda fija.
Sobre la corrupción, pone varios ejemplos, como el paradigmático Camerún, de la que explica cosas bastantes sorprendentes. La corrupción, explica, afecta a los gobiernos, pero se extiende a toda la sociedad. Quién va a querer invertir en un negocio si el gobierno no lo protegerá de los ladrones, para qué vas a pagar facturas si nadie puede llevarte ante la justicia, para que formarte (educación) si los puestos y premios no están distribuidos según los méritos, para qué vas a tener un intercambio comercial (negocios) si los únicos beneficiados son los funcionarios aduaneros. Todo esto que nos parece tan común, en paises con dictaduras o gobiernos «oscuros» son un impedimento total a su desarrollo. Aclara, y así lo entendemos todos, que siempre habrá corrupción, pero existe un porcentaje que una economía puede absorber, y otros porcentajes que la ahogan hasta convertirlos en países tan pobres que lo más fácil es entender porqué la gente huye de él, y se atreve a hacer lo que hace en la búsqueda de oportunidades.
En cuanto a la globalización, me ha dejado pensativo (por unos segundos sólo), el hecho de que un biólogo, Edward O. Wilson, dice que en 12 generaciones aproximadamente, todos los seres humanos seremos «iguales», intentando reflejar que habrá la misma mezcla racial en París, Moscú, Winchester, Pretoria, Shangai o Alaska…
Por último, me ha encantado leer estas dos explicaciones, que me gustaría que muchas personas leyeran, aunque por supuesto, el simple hecho de que su base de pensamiento contradiga lo escrito, me empuja a pensar que simplemente leyéndolo no acabarán de asumir. Transcribo, sin permiso de Tim, pero alegremente:
– Hablando sobre empleo: «Contrariamente a lo que suele creerse, es simplemente imposible que el comercio destruya todos nuestros puestos de trabajo y que nosotros importemos todo del exterior, sin exportar nada. Si lo hiciéramos, no tendríamos con qué comprar los productos importados. Para que exista comercio en realidad, alguien en XXXX debe producir algo para poder venderlo en el exterior«
– Hablando sobre explotación laboral: «La solución a la pobreza no se logrará boicoteando el calzado y la ropa fabricados en los países en vías de desarrollo. Al contrario: paises como Corea del Sur han abierto sus puertas a empresas multinacionales, y, lentos pero seguros, se han enriquecido. A medida que las multinacionales han ido estableciendo fábricas, han ido compitiendo entre sí por los trabajadores más cualificados. Los salarios han aumentado, no porque las compañías sean generosas, sino porque no tienen otra elección si quieren atraer a los buenos empleados. Las empresas locales aprenden las últimas técnicas en producción y se convierten así en grandes empresarios. Esto hace que cada vez sea más atractivo para las personas trabajar en una fábrica y aprender las técnicas necesarias: la educación mejora. La gente abandona el campo, lo cual aumenta los ingresos rurales de aquellos que se quedan a un nivel más tolerable. Es más fácil cobrar impuestos sobre empleos formales, por lo cual las rentas públicas aumentan y la infraestructura, los hospitales y las escuelas mejoran. La pobreza disminuye y los salarios aumentan inexorablemente«. Y esto no hace mucho tiempo que sucedió en España, pero muchos no se acuerdan, no quieren acordarse y simplemente no conocen el pasado de su país (vaya vena me ha salido).
Eso sí, como comentario al primer párrafo sobre la destrucción de empleo, me haya parecido bastante simplista y poco global el tratamiento que en general le da a todo este tema, porque como comentaba sobre este libro hace días con un compañero, que la economía justifique o comprenda determinadas situaciones, al final hablamos de personas, y de sus vidas, y al final cada persona es una situación, una opinión y una realidad distinta, y ni la economía, ni ninguna otra ciencia pueden justificar, ni muchas veces solucionar, que una persona se quede sin empleo, con todas las repercusiones que esto tiene para él y su entorno.
Quiero aclarar, que como suelo aclarar, en el blog y en mi vida, cuando uno habla o escribe (se comunica), lo hace bajo su propia opinión, y en función de su realidad entorno a ese tema, por desgracia, a veces ni las opiniones ni las realidades son todo lo honestas que deberían ser, así que como siempre se debe tratar de sacar lo mejor de lo leído, y continuar dándole forma a nuestra propia opinión y a nuestra propia realidad, y aunque ni siquiera eso nos dará una verdad absoluta, solo así, finalmente, podremos ser personas satisfechas con nosotros mismos (es otra opinión). Este comentario lo escribo a raíz de esta opinión sobre el libro, cada uno…
¡¡¡Se nota que hacía días que no escribía!!!
Ficha técnica
Autor: Tim Harford
Título: El economista camuflado
Tema: Economía (para no economistas)
Páginas: 344
Editorial: Temas de hoy
ISBN:978-84-8460-617-8
