MODO «LO FLIPO TIO NENG» ON

Anoche empecé el libro y en su primera línea leo: «Juan Español y Ana Madrid son estudiantes, buenos amigos y con ideas emprendedoras e incluso arriesgadas»

Hasta ahí he llegado…

MODO «LO FLIPO TIO NENG» OFF

Menos mal que cogí varios libros sobre este tema de la biblioteca…

Ficha técnica

Autor: Santiago Herrero Suazo

Título: Cómo crear una empresa

Tema: Empresa

Páginas: 342

Editorial: BOE

ISBN: 83-340-1462-9

Creo que cualquier jefe de sección o departamento de una empresa, tendría que vigilar el equilibrio entre las edades de sus colaboradores. Puede haber excepciones, pero los efectos de un desequilibrio de este tipo, para mí, pueden ser devastadores por muchísimos motivos: dinero, conocimientos, imprevistos, imagen…

Pensamientos

No se si lo poco me enseñaron de economía me ha servido para entender mejor o peor este libro, pero sí que tengo que reconocer, que el autor se lo ha trabajado, y pienso que no hace falta tener muchas nociones de economía para saber de qué habla. Y es que este es un libro de economía para entender los principios básicos de funcionamiento de una economía, bueno, de algunas de sus partes. Así que no me cabe más que felicitarle ¡felicidades Tim! y enviarle un jamón para que lo analice desde su punto de vista…muy económico…demasiado económico…

Digo esto del punto de vista, porque el libro, aunque trata de economía, la trata de una manera en que puede reflejarse y entenderse a través de nuestra vida cotidiana, el café, los alquileres, los chinos, la pobreza, los precios de los supermercados, etc… nunca sin perder de vista que este tipejo pertenece al supramundo de los economistas, donde todo es convertible a números ¡qué manía tiene esta civilización en convertirlo todo a números! Las matemáticas son de las pocas ciencias exactas y más desarrolladas que conocemos, creo que de ahí ese empeño. Además el tipo le da al humor, humor económico claro…

Antes de comenzar con mis peculiares anotaciones del libro, no puedo hacer más que recomendarlo para cualquier tipo de persona, animal o cosa, porque al igual que el autor del libro, creo que dos de las maneras más eficaces de entender el mundo son a través de la ingeniería y de la economía, así que todos deberíamos saber un poquito de cada cosa para evitar caer en los errores en qué solemos caer… (y no me extiendo por aquí porque sino no acabo…) Además como he citado, es un libro escrito para entender la economía, puesto que cada concepto lo relaciona con elementos cotidianos, y eso, entre los libros de economistas, y por desgracia, no suele ser un modus operandi muy habitual…

Primero me gustaría apuntar que opino que tooooooooodo el mundo debería saber que significan esas palabras que a veces soltamos sin saber muy bien el porqué, la ley de la oferta y la demanda, sin esto, no podréis entender nunca porqué los melocotones cuestan a veces 2 ó 5 euros, porqué un hotel cuesta 600euros/noche al lado de un monumento y 250€/noche cuatro calles más abajo, etc.

Entrando en cosas que me han parecido interesantes del libro, os anoto unos cuantos temas que me han parecido interesantes, junto con una breve ayuda para entenderlos:

  1. El poder de la escasez. O ¿qué pasa cuando existen pocas unidades de algo?
  2. La corrupción. Poca explicación necesita esto…
  3. Qué son las externalidades.  Explicable con un ejemplo; yo me compro un coche, y con ese coche contribuyo a la contaminación, a los atascos, a agravar problemas respiratorios que repercuten en los gastos hospitalarios, etc ¿deberíamos pagar suplementos por todo esto al comprar nuestro coche?
  4. La información (tema amplio). O ¿qué pasa cuando existe información asimétrica? Ejemplos: una venta de coche donde el vendedor sabe los problemas de este, y el comprador no; una aseguradora que hace un seguro a una persona que sabe que tiene una enfermadad y la oculta; etc
  5. La globalización y China. Poco a añadir a estos temas

Hablando del tema de las externalidades, siempre se habla de fijar un precio, y de hecho se practica mundialmente, esto no es ni mejor ni peor que otra medida, simplemente se basa en suposiciones a veces de caracter científico (índices de contaminación), de caracter social (molestias por ruido), o a veces sobre preferencias subjetivas, como el tiempo, la comodidad o la salud, como por ejemplo pagar por circular por el centro de algunas ciudades. A veces la fijación de precios provoca cosas tan divertidas con la «joroba de camello» de Nueva Orleans, donde se gravaban las casa en función del número de plantas que había en la fachada (podéis imaginar la forma), en Gran Bretaña existen muchísimas casas con aspecto lúgubre porque desde 1696 hasta 1851 se gravaba a la gente por el número de ventanas de sus casas.

En cuanto al tema de la información, leo en libro una cosa bastante graciosa, ahora que la entiendo claro ¿por qué los bancos siempre han construido edificios tan imponentes? Cuando antiguamente los estados no ejercían supervisión sobre estos, la gente no sabía si era fiable meter su dinero en un banco o no, así que si veían un gran edificio, con bronces, piedras elaboradas y obras de arte, es lógico pensar que no se iban a ir de un día para el otro de allí ¿verdad? Por eso (y alguna otra razón) esperamos pagar menos por unos tejanos en un mercadillo ambulante que en una tienda fija.

Sobre la corrupción, pone varios ejemplos, como el paradigmático Camerún, de la que explica cosas bastantes sorprendentes. La corrupción, explica, afecta a los gobiernos, pero se extiende a toda la sociedad. Quién va a querer invertir en un negocio si el gobierno no lo protegerá de los ladrones, para qué vas a pagar facturas si nadie puede llevarte ante la justicia, para que formarte (educación) si los puestos y premios no están distribuidos según los méritos, para qué vas a tener un intercambio comercial (negocios) si los únicos beneficiados son los funcionarios aduaneros. Todo esto que nos parece tan común, en paises con dictaduras o gobiernos «oscuros» son un impedimento total a su desarrollo. Aclara, y así lo entendemos todos, que siempre habrá corrupción, pero existe un porcentaje que una economía puede absorber, y otros porcentajes que la ahogan hasta convertirlos en países tan pobres que lo más fácil es entender porqué la gente huye de él, y se atreve a hacer lo que hace en la búsqueda de oportunidades.

En cuanto a la globalización, me ha dejado pensativo (por unos segundos sólo), el hecho de que un biólogo, Edward O. Wilson, dice que en 12 generaciones aproximadamente, todos los seres humanos seremos «iguales», intentando reflejar que habrá la misma mezcla racial en París, Moscú, Winchester, Pretoria, Shangai o Alaska…

Por último, me ha encantado leer estas dos explicaciones, que me gustaría que muchas personas leyeran, aunque por supuesto, el simple hecho de que su base de pensamiento contradiga lo escrito, me empuja a pensar que simplemente leyéndolo no acabarán de asumir. Transcribo, sin permiso de Tim, pero alegremente:

– Hablando sobre empleo: «Contrariamente a lo que suele creerse, es simplemente imposible que el comercio destruya todos nuestros puestos de trabajo y que nosotros importemos todo del exterior, sin exportar nada. Si lo hiciéramos, no tendríamos con qué comprar los productos importados. Para que exista comercio en realidad, alguien en XXXX debe producir algo para poder venderlo en el exterior«

– Hablando sobre explotación laboral: «La solución a la pobreza no se logrará boicoteando el calzado y la ropa fabricados en los países en vías de desarrollo. Al contrario: paises como Corea del Sur han abierto sus puertas a empresas multinacionales, y, lentos pero seguros, se han enriquecido. A medida que las multinacionales han ido estableciendo fábricas, han ido compitiendo entre sí por los trabajadores más cualificados. Los salarios han aumentado, no porque las compañías sean generosas, sino porque no tienen otra elección si quieren atraer a los buenos empleados. Las empresas locales aprenden las últimas técnicas en producción y se convierten así en grandes empresarios. Esto hace que cada vez sea más atractivo para las personas trabajar en una fábrica y aprender las técnicas necesarias: la educación mejora. La gente abandona el campo, lo cual aumenta los ingresos rurales de aquellos que se quedan a un nivel más tolerable. Es más fácil cobrar impuestos sobre empleos formales, por lo cual las rentas públicas aumentan y la infraestructura, los hospitales y las escuelas mejoran. La pobreza disminuye y los salarios aumentan inexorablemente«. Y esto no hace mucho tiempo que sucedió en España, pero muchos no se acuerdan, no quieren acordarse y simplemente no conocen el pasado de su país (vaya vena me ha salido).

Eso sí, como comentario al primer párrafo sobre la destrucción de empleo, me haya parecido bastante simplista y poco global el tratamiento que en general le da a todo este tema, porque como comentaba sobre este libro hace días con un compañero, que la economía justifique o comprenda determinadas situaciones, al final hablamos de personas, y de sus vidas, y al final cada persona es una situación, una opinión y una realidad distinta, y ni la economía, ni ninguna otra ciencia pueden justificar, ni muchas veces solucionar, que una persona se quede sin empleo, con todas las repercusiones que esto tiene para él y su entorno.

Quiero aclarar, que como suelo aclarar, en el blog y en mi vida, cuando uno habla o escribe (se comunica), lo hace bajo su propia opinión, y en función de su realidad entorno a ese tema, por desgracia, a veces ni las opiniones ni las realidades son todo lo honestas que deberían ser, así que como siempre se debe tratar de sacar lo mejor de lo leído, y continuar dándole forma a nuestra propia opinión y a nuestra propia realidad, y aunque ni siquiera eso nos dará una verdad absoluta, solo así, finalmente, podremos ser personas satisfechas con nosotros mismos (es otra opinión). Este comentario lo escribo a raíz de esta opinión sobre el libro, cada uno…

¡¡¡Se nota que hacía días que no escribía!!!

Ficha técnica

Autor: Tim Harford

Título: El economista camuflado

Tema: Economía (para no economistas)

Páginas: 344

Editorial: Temas de hoy

ISBN:978-84-8460-617-8

Hoy hablaré de algo que conoce muy bien mi amigo Tambuzi (le hago mucha publicidad, se nota que me ha invitado a comer con vino y todo…), la productividad personal. Por supuesto lo haré sin su categoría, ni su nivel, pero cada uno con lo suyo…

Yo entiendo la productividad personal como la capacidad de ser eficaz durante el tiempo que dedicas a realizar una tarea.

Aquí debo aclarar una cosa, que cuando trabajé en una empresa donde la CALIDAD, era una manera de vivir la vida, me enseñaron una cosa que considero muy útil, y que habla de la diferencia entre ser eficaz y ser eficiente. Ser eficiente es hacer las cosas bien, pero ser eficaz es hacer las cosas bien y a la primera. Nunca he llegado a saber porqué alguien llegó a esa conclusión, puesto que tanto en castellano, como en inglés, las definiciones de ambas palabras lo único que hacen es confundir, pero a mí ¡plin!

Eso significa que:

  • realizar tareas bien a la primera (ser eficaz), aumenta nuestra productividad
  • trabajar entendiendo que hay unas pausas y descansos justos y necesarios, aumenta nuestra productividad
  • comprometerse a finalizar una tarea, aumenta nuestra productividad
  • ser realistas con lo que podemos hacer, y con lo que no, aumenta nuestra productividad
  • conocer nuestros defectos, y intentar arreglarlos, suplirlos o aceptarlos, aumenta nuestra productividad

Eso no significa que:

  • dedicando más horas al trabajo, aumente nuestra productividad
  • intentar trabajar a un ritmo superior al natural, aumente nuestra productividad
  • marcar como único objetivo el finalizar una trabajo, aumente nuestra productividad
  • sobrecargar de faena al que más trabaja, aumente nuestra productividad

Bueno, quiero reincidir sobre la primera aseveración, porqué una persona no produce más, cuantas más horas está en el trabajo (estoy convencido), y por desgracia, en algunos países esta es una creencia muy extendida. Por mucho que se emperren algunos a través corrientes culturales, literarias, filosóficas, comerciales (gurús) o económicas (políticos), en intentar «vender» lo contrario, la realidad es que ese interés se diluye cuando llega a la empresa, y los»jefes», parecen estar más contentos cuantas más horas te ven trabajar; incluso ellos mismos sienten una necesidad de pasar más horas en el trabajo que en su casa…

Además, incido sobre otro detalle más, porque a veces me he discutido (sin uñas) con gente, que pensaban que al pensar yo de esta manera, pensaba que las personas tenían que estar trabajando a piñón fijo todo el día y con un ritmo endiablado ¡mentira! Acepto perfectamente que una persona haga una tarea en el doble de tiempo que otra, siempre que no se haya debido a pérdidas de tiempo, y sobre todo, a que sea eficaz. En resumen, si haces las cosas bien en el doble de tiempo, pero se ve esfuerzo y compromiso en tu trabajo, y no inoperancia y pasotismo, por mí, adelante.

Así que os lanzo una serie de preguntas, volviendo por los derroteros filosóficos que llevo estos días (estoy fatal):

  • ¿De qué sirve tener a gente trabajando tantas horas si eso les impide ser felices?
  • ¿Por qué cuesta tanto hacer entender que aumentar la productividad y la felicidad de las personas, aumenta los resultados de una organización? ¿Es que ellos no trabajan o han trabajado al final para alguien? (la memoria, ese gran desconocido)
  • ¿Quién ha demostrado que a más horas, más resultados?
  • ¿ No sería el incremento de la productividad de las personas, un indicador excelente para evaluar el progreso de una empresa?

Y para finalizar, otro pensamiento suelto, sobre este tema. Hoy en día, la informática está hiperdesarrollada para la media de conocimiento de las personas (es mi opinión), y aunque exista una gran demanda aparente de esta informática, sobre todo del hardware, el único objetivo en muchísimos casos es la pertenencia (consumismo). Por eso, los que se encuentran en esta situación, deberían extraer la conclusión de que otros han obtenido una ventaja competitiva (por manejar este software), que podría ser temporal con un esfuerzo en la dirección apropiada, o sea, formándose. Con darle la espalda, no hacemos más que cavar un poquito más nuestra propia fosa, porque hay otras personas que sí aceptan esa evolución, sin miedos, preparándose para lo que haga falta. Estos pitarán…

Gracias a kainita por la foto

Los japoneses, esos seres tan educados, allá por los 70 crearon una técnica basada en preguntar cinco veces el porqué de un problema que había sucedido (la gente no suele preguntarse mucho porqué las cosas van bien, y deberíamos…), para llegar a la raíz del asunto. Lo hacían porque pensaban que esta raíz se hallaba cuatro niveles más abajo del problema aparente. Por ejemplo, si había resbalado una persona por una escalera, cayendo sobre el director de la fábrica, podían acabar descubriendo que el director no tenía los reflejos requeridos para ocupar ese puesto, y se lo cargaban….jajaja ¡estos japos! Bueno, esto no tiene nada que ver con lo que os voy a contar, pero ha sido interesante ¿no?

La verdad es que rescato este artículo de mis innumerables borradores, porque al releerlo, me ha sorprendido pensar que la humanidad no ha avanzado mucho en estos días, quizás meses, y me preocupa, algo no estamos haciendo bien y… ¡tengo que hacer algo! Por otro lado, pido disculpas a vuestras mentes por este artículo ¡en lunes!

El hecho es que cada día estoy más convencido de una realidad que vengo observando, que en mi opinión no se trata de un defecto, sino de una incapacidad innata de la sociedad actual, en la que todos intentamos marcar la diferencia: unos por feos, otros por cabrones, otros por dinero y otros por suerte; pero el hecho es que la sociedad nos empuja, casi obliga, a que obtengamos una ventaja competitiva respecto a otros, que nos permita pasar por encima de ellos y ganarles, machacarles, reventarles ¡aaaarrrgghhhh! Vamos a ver, es innegable que todo esto tiene un valor finalmente (y unas bases), y los humanos, por naturaleza tienden a progresar, pero ¿nos hace más felices individualmente? ¿y globalmente? Y si lo centramos en términos evolutivos ¿hace más feliz a nuestro prójimo?

Me voy a inventar dos términos para intentar explicar lo que quiero:

  • mejorar-progresar. Mejorar para progresar, que busca la mejora universal, por encima de la personal.
  • mejorar-competir. Mejorar para competir. que busca la mejora personal, por encima de la universal.

Ya sé que habrá muchos matices y que no todo en blanco o negro, pero al final todo el mundo le pone nombre a las cosas, y yo no seré menos…

Esto viene porque creo que si hubiera más gente trabajando en el primer término, la sociedad tendería a eliminar barreras y diferencias, de cualquier tipo. Contrariamente, si luchamos por mejorar-competir, creo que lo único que obtenemos al fin es potenciar nuestras diferencias (negativas).

TubosPor circunscribir el tema (toma palabrota), si me centro en el mundo laboral, que es por el que me ha venido este artículo a la mente, hay que tener claro que los que conformamos una empresa, al final somos personas tío- neng, y las personas tío-neng, como he dicho, quieren mejorar (se me empieza a ir el tema de las manos). Si lo hacen en mejorar-progresar, todos tiran del carro (carro 1), con un claro beneficio para la empresa, que somos todos; en el momento que algunos tiran por el mejorar-competir, mejoraran en otra dirección, con lo que dejan de tirar del carro 1 ¡cabrones!, y se ponen a tirar de otro carro (carro 1.1), y por tanto la empresa, que al parecer ya no somos todos, se resiente, ampliando esas diferencias que suelen darse en la sociedad (¡no puedo controlarlo!). Así, si el conjunto de empresas tienen un camino de ancho X, que es el número de carros representando el bien de la humanidad y la probabilidad de diferencias discriminatorias en la sociedad, parece lógico pensar que cuanto más ancho hagamos ese camino X+n, más diferencias discriminatorias permitimos que puedan producirse… (se me fue) Además, ya se sabe que a más partículas circulando por el mismo espacio, menor será su velocidad, otro punto en contra…

(Intentando reconducir el tema…) Llegados a este punto, cabe preguntarse ¿por qué dejamos que esto suceda? Sobre todo los que tienen suficiente poder, entendiendo que hay una parte de poder necesario, por ejemplo, el que guía ¿no sería más beneficioso para todos ocuparnos en seguir tirando del mismo carro (carro 1)? O en cualquier caso, permitir que si alguien fabrica un nuevo carro ¿otros puedan venir a empujar con él para beneficiarse? (¡no puedo con él!)

(¡Último intento!) En resumen, y usando una frase que escuché a Darío hace unos días, que me hizo reflexionar durante casi veinte segundos ¿qué sentido tiene crear una empresa sino es para crear riqueza para todos? (así está más claro que con los carros ¿verdad?) Vale, aquí finaliza la clase de fluidos de hoy…(lo dejo…)

(Bueno, no) Si alguien se atreve a sacar una ecuación de esto, podríamos convenir llamarla la ecuación de Cosmo-XXXXXX, donde el resultado indicaría el límite de empresas permitidas para que se diera el bien de la humanidad…

Gracias a Antonio Martínez por la foto.

Como os comenté en el resumen del libro, comparto con vosotros una síntesis de ideas que he considerado importantes o interesantes.

  1. Armonía. Una nueva postura en y para el trabajo.
    1. Tomar consciencia de todo lo que nos rodea.
    2. Empatizar con los que nos rodean.
    3. Dedicar los tiempos necesarios a nuestras actividades vitales: dormir, comer, descansar…
    4. Tener una posición clara ante actitudes hostiles, podemos vivir sin ellas.
    5. Ser amables aporta armonía.
  2. Eficacia.
    1. Hacer las cosas con sosiego y tranquilidad, aumenta nuestra eficacia, porque nos permite estar más atentos y conscientes.
    2. Hiperactividad no es eficacia.
    3. Hacer menos cosas, pero hacerlas bien.
    4. Primar la calidad por encima de la cantidad
  3. Energía.
    1. Alimentación. El componente físico de la energía.
    2. Respiración. Regula el funcionamiento de nuestro organismo, respirar mal nos produce ansiedad.
    3. Descanso. Significa desconexión, sensorial y mental, y debe entrenarse…
    4. Sueño. Es el mayor reparador de la mente (consciente)
    5. Pensar positivo. Si la felicidad y el sufrimiento son estados mentales, sus causas no pueden existir fuera de nuestra mente.
  4. Atención.
    1. Nos permite captar nuestro entorno o a nosotros mismos, y a reaccionar.
    2. La atención no es sólo concentración, y nos permite visionar más allá, prevenir.
    3. Atención a los lenguajes verbales, paraverbales (gestos, miradas, situaciones…) y supralenguaje (estados de ánimo).
    4. La atención deriva en mayor visión o globalidad, y por tanto en mayor comprensión del entorno.
    5. La atención es control, lucidez, cordialidad, consciencia, y los demás perciben su presencia o ausencia.
    6. Si estás atento desaparece el discurso dispersante.
    7. La atención te permite captar lo que otros quieren transmitirte.
  5. Ecuanimidad.
    1. Nos permitirá ser pacientes, firmes, imparciales, serenos, crecer, tener claridad sin que nos afecte lo exterior, pase lo que pase.
    2. La ecuanimidad es lo contrario de la ansiedad
    3. La ecuanimidad no persigue un resultado, valora todo el proceso, no solo el fin, y esto es importante porque todo es cambiante.
    4. La ecuanimidad te permite tener tu punto de vista, pero contemplar el de los demás, así puedes ser más justo.
  6. Sosiego.
    1. Retrasamos nuestra tranquilidad para el futuro, así puede que nunca llegue, no debe ser una meta o finalidad, debe ser un proceso.
    2. El sosiego es hacer las cosas con calma, con quietud, con atención, disfrutando y aprendiendo del proceso.
    3. El sosiego no es una falta de tensión o actividad, ni debilidad.
    4. El sosiego nos permite evitar la agresividad, la violencia…y es signo de sabiduría.
  7. Tomar y dar. (no sólo físicos)
    1. Perseguimos bienes o objetivos y perdemos nuestros sentimientos por el camino.
    2. Tomar y dar significa aceptar lo bueno y lo malo, pero ayuda a prosperar.

Hace tiempo, cuando atravesaba un bache en mi carrera profesional, básicamente de desánimo y desmotivación, el Sr. Salvador me recomendó este libro. Como es de las pocas personas que conozco, a las que le puedo poner el apelativo de sabio, pues le hice caso…

Realmente hace tiempo que acabé de leerlo, es un libro corto pero intenso, sobre todo si lo lees con «atención», porque es de los que mueven la mente de uno, y yo con el tamaño de cabeza que tengo, desde que empieza a moverse, hasta que consigo el equilibrio… También quiero aclarar que me va a resultar complicado sintetizar su contenido, así que sólo espero que os pique la curiosidad y lo leáis… ya me contaréis.

El libro está escrito por tres personas, que ya tiene mérito; aunque se hayan repartido la faena (que seguro que lo han hecho por eso), simplemente el hecho de organizar ideas y conceptos, más con el tema tratado, me parece envidiable. Los tres autores son Ramiro Calle (pionera de la enseñanza del yoga en España), Marcos Fernández Fermoselle (Presidente de Parquesol inmobiliaria) y Joaquín Tamames (financiero del que no encuentro ningún enlace ¡ayuda!). El título completo es: Dividendos para el alma: Cómo ser un ejecutivo eficaz y mejor persona. Pero perfectamente puede titularse: Dividendos para el alma: Cómo ser eficaz y mejor persona. Algunos hasta le haría falta quitar lo de mejor, igualmente sería un gran avance para ellos… :mrgreen:

Digamos que el objetivo del libro es demostrar y mostrar como el mundo laboral, está permitiendo (porque al final todo son opciones), que las personas dejen de ser tan agresivas, distantes y enfocadas únicamente al éxito personal con el «todo vale», y es posible un entorno más social, incluso espiritual, igual de efectivo y productivo, y encima satisfactorio ¡ahí es nada! Citando la sinopsis: Un pensado, un empresario y un ejecutivo se ponen de acuerdo: es posible humanizar el mundo de la empresa.

Sobre esta última cita un comentario personal que lanzo a la red, en espera de respuestas ¿creéis que las nuevas generaciones tendemos a implantar, de forma natural, esta humanización del trabajo? Yo creo que sí.

Este es un libro de los que yo llamo «luminoso», y que hay más bonito que la luz…Luminoso, significa que aporta luz, y lo uso porque realmente es un libro que no dice nada nuevo, no descubre nada, pero sí que te enfoca y ilumina términos tan sencillos de nombrar, y a la vez tan difíciles de entender y practicar, que cuando los lees te sorprende el no haber pensado antes en ello, pero para eso están los libros…y las gentes que lo escriben ¿muy espiritual verdad? Casi como el libro, sinceramente os lo recomiendo, sobre todo si os encontráis un poco «a oscuras».

A parte de este comentario, he hecho un ejercicio de sintetización de ideas del libro (o al menos eso he intentando), que me será muy útil a mí, que para eso he leído el libro, y que posiblemente también lo sea para vosotros si os reserváis un espacio de tiempo, programado y calmado, donde leer con atención lo escrito, probarlo y me contáis…lo publico en el próximo artículo.

Ficha técnica

Autor:Ramiro Calle / Marcos Fernández Fermoselle / Joaquín Tamames

Título: Dividendos para el alma

Tema:Pensamiento

Páginas:154

Editorial:Kailas editorial

ISBN: 84-89746-07-9

Dividendos

Actualmente estoy observando en la industria la paradoja de la que os voy a hablar, una más, que se está dando en la demanda de perfiles profesionales, y me explico. Por un lado se pide a los profesionales polivalencia para los puestos de trabajo, o sea, que sepamos de informática, de ventas, de gestión, de administración, de cría de cerdos, de vinos, etc. La RAE, define polivalencia como: cualidad de polivalente; y polivalente como: que vale para muchas cosas.

De esta manera, cuando intentas acceder a un puesto de trabajo, no sólo se valora que tengas los conocimientos necesarios para el normal desarrollo de tu trabajo, sino que aportes esa polivalencia citada, o sea, que aportes más valor a tu fichaje, y de esa manera, facilites la decisión, y en muchos casos, te coloques por encima de otros candidatos. Hasta aquí bien, me parece correcto, es normal que las empresas busquen valor añadido ¡para eso pagan!

La paradoja se da cuando el mercado, está tendiendo cada vez más a la especialización, y no porque sea una demanda creada, sino porque la manera en que está funcionando el mercado hace que se tienda a ella. Las empresas se centran en sus productos, procesos o servicios, y apartan todo lo que no afecte directamente sobre estos, y prefieren pagar por ello, y «olvidarse» (fijaros que lo pongo entre comillas, porque eso de olvidarse…). Yo opino que de esta manera, los empleados, sea cual sea su profesión (mientras nadie me diga lo contrario así lo creeré), acaban especializándose, y si queremos otorgarle una connotación negativa, acaban limitándose (profesionalmente).

Yo os voy a hablar de un ejemplo que me es cercano, el de un técnico de mantenimiento, pero me gustaría que alguien más nos pudiera hablar, aunque sea brevemente de algún otro caso que conozca, y así comparamos.

El técnico de mantenimiento ha venido habitualmente realizando toda una serie de actividades como por ejemplo:

  • reparar o ajustar. O sea, tareas típicas de mantenimiento cuando una máquina deja de funcionar o no lo hace correctamente.
  • mecanizar. Cuando se requiere la construcción de un recambio (no normalizado).
  • engrasar. A veces por simple rutina, a veces por profesionalidad, a veces dentro de programas de mantenimiento preventivo…
  • mantener sus propias herramientas de trabajo. Sobran explicaciones.

Ahora, lo más normal es que las empresas acudan a servicios externos para un gran número de tareas, como por ejemplo, mecanizar piezas en un taller externo enviándole los planos para ello, o acudir a empresas especializadas en engrase, para que estudie, cree, mantenga y automatice las tareas de engrase o lubricación en una planta, es lo que llamamos subcontratación del trabajo (outsourcing en inglés). De esta manera, al final, el técnico de mantenimiento de la empresa que subcontrata, aunque es posible que tenga los conocimientos, acaba perdiendo información y formación sobre tareas que no forman arte de su responsabilidad, con lo que ya estamos perdiendo esa codiciada polivalencia profesional.

Entonces ¿en qué quedamos?

Bueno, como os he comentado antes, de verdad me gustaría que alguien más contara sus impresiones al respecto, me he quedado un poco aturdido con esta paradoja que acabo de inventar…

P.D.1 (para todos): Me ha dado por buscar la palabra externalizar en el diccionario RAE ¡y no está! Es un invento reciente, y aunque estamos más que acostumbrados a ella, ya tenemos una palabra en el diccionario para describir este fenómeno «subcontratar».

P.D.2 (para todos): Gracias a Niño Indigo por la foto, he buscado «paradoja» y he encontrado tu foto, y me ha parecido más que excelente ¿no creéis?

P.D.2 (para mí): Como ya me ha quedado demasiado largo el artículo, no viene de un poco más. Aunque no sueles leer los mensajes que tú mismo escribes, intenta acordarte mañana de sacar los raviolis que dejaste el martes pasado en la nevera; seguramente ya habrán cobrado vida y estemos ante un nuevo caso de autopastafagia (¡toma!). Si encuentras el tupperware abierto y vacío, busca por la empresa a ver si encuentras una cucaracha gigante pensando en que llegará tarde a su trabajo y no podrá mantener a su familia…es otra opción.

Por supuesto no voy a dar respuesta a esta pregunta, pero algún título sugerente tenía que ponerle al artículo.

El asunto es que leyendo en un foro la pregunta lanzado por Santiago, un crack del mantenimiento, sobre: Cosas en las que creo y en las que no creo (relacionadas con mantenimiento), él mismo respondía que no creía en las certificaciones de calidad tipo ISO, y que no conocía ninguna empresa que se hubiera beneficiado de ello, haciendo alusión directa al aumento de la burocracia en los departamentos de mantenimiento. Como respuesta a esta cita, Raul, un técnico de mantenimiento le daba toda la razón al respecto. Y como yo no puedo estarme callado, he aquí mi respuesta, que por larga y por reflejar mi opinión al respecto, he pensado en publicar en el blog:

Todo lo que os voy a explicar, está basado en vivencias personales, ya que he tenido la suerte de trabajar en varias grandes empresas, una de ellas tenía todas las ISO y certificaciones de calidad del mundo mundial, y la otra no tenía nada…de nada.

CertificadoPara que quede claro desde el principio, tras lo vivido, si tuviera que quedarme con una de las dos opciones, me quedo con la organización que implica trabajar bajo un sistema ISO, aunque con matices que trataré de explicar. Por supuesto, no debemos olvidar que nuestro punto de vista, viene filtrado por un prisma técnico, con lo que muchas personas que puedan leer esto, creerán que doy, o no doy, importancia a términos y temas importantes dentro de la ISO.

Un sistema de certificación de calidad, impulsa la creación de procedimientos para la documentación, entre otros; esto ayuda a establecer todas una serie de caminos para la creación, gestión y almacenamiento de toda la documentación de los departamentos, y al fin y al cabo, de su conocimiento (el know-how de la empresa), así que ahí tocamos un tema peliagudo y altamente importante en las empresas.

Si una empresa es capaz de generar la documentación de forma ordenada, y es capaz de capturar todo su conocimiento en ella, y la evolución de él, ha dado sin duda un gran paso hacia la excelencia (gran «palabro» muy usada en calidad, pero cierto). Pero además ha minimizado el impacto de la marcha de trabajadores y con ello, la pérdida de conocimiento.

Hasta aquí algunas cosas buenas, pero también hay malas. El gran problema que le veo a las ISO, es la rigidez que añaden cuando se implantan sus procedimientos, y que son los que al final provocan que gran parte de las organizaciones acaben renegando de ellas, puesto que a veces complican hasta límites insospechados trámites que deberían ser sencillos, o hacen que personas no acostumbradas a manejar documentación se pierden en la maraña de trazabilidades, números de documento, seguimientos y validaciones (en las que tan a gusto me muevo yo, jejeje). Por otro lado, no debemos confundir esto, con un aumento puntual de la burocracia, puesto que a veces, si no se tiene una visión global, se puede tener la impresión de que estamos perdiendo el tiempo, pero al final estamos facilitando a veces una mejor gestión de la empresa, por ejemplo, cuando un técnico de mantenimiento, debe anotar, incluso a veces descontar directamente, el material usado en una reparación, del sistema de gestión de datos, está facilitando una gestión del stock, y por tanto facilitando una gestión de las compras, y por tanto facilitando una gestión de las finanzas, etc…así que ojo, no caigamos por sistema en la crítica de lo que a veces desconocemos.

Por otro lado, tenemos la empresa que confía que su gestión no necesita una ISO, o cualquier otro tipo de certificación o gestión documental. Y por lo que he vivido, es un problema de escalabilidad en la solución. Cuando una empresa intenta crecer (o sea, todas), sus sistemas debes crecer con ellas. Por ejemplo un sistema de fichas en papel, en un archivador en la mesa del jefe, es suficiente cuando se tienen 40 clientes (y ya me parecen muchos), pero cuando se tienen 200, se debe recurrir a soluciones más eficientes, que nos permitan básicamente relacionar esta información con otra mucha que se está generando en otros departamentos/ámbitos de la empresa. Así, la solución que se venía aplicando, pierde su poder, y por tanto, deja de ser eficiente y a largo plazo, a generar problemas. De esta manera es fácil perder datos, encontrar lagunas documentales (y a veces mentales), problemas de exceso de poder por parte de algunas personas de la organización (que guardan todo en su cabeza), etc.

Creo que esto, hoy en día, existiendo tantos métodos y medios como existen, debe ser erradicado, el futuro de una empresa no puede estar supeditado a las limitaciones de las personas que la componen, por eso se deben crear e implantar soluciones, y entiendo que, en determinados tamaños de empresa, una ISO es la solución a algunos de estos problemas, aunque por otro lado aporten otros. Otra solución sería implantar una ISO de mentirijillas, aprovechando únicamente lo que nos parece acorde a nuestras necesidades, aunque si alguien consigue hacer esto, que nos escriba, comenzaremos a responder con todo tipo de elogios…jejeje.

Finalmente me reitero, si me dan a elegir, prefiero una organización con algún tipo de certificación, que sin ella, entendiendo que estoy hablando de una organización con un cierto tamaño, que son las que suelen plantearse la necesidad de implantarlos.

Eso sí, parafraseando a mi amigo Santiago: no creo en los sistemas ISO, pero solo si son:

  • implantados por necesidades personales. O sea, que a un lumbreras se le ha ocurrido que estaría bien implantar una ISO, como respuesta a su vanidad directiva, y para regocijo personal en reuniones de empresarios (¿a alguno le parece descabellado esto que escribo?)
  • implantados por necesidades publicitarias. O sea, como se ve tan vacía la presentación en Powerpoint de la empresa, vamos a «sacarnos» la ISO que quedarán bien los logos…
  • implantados por necesidades estratégicas encaminadas a la «obtención de mayor negocio». Y lo pongo entre comillas, porque a veces es realque es necesario cierta certificación para trabajar como proveedor de cierto cliente. Pero esto no debería ser la solución sistemática a la intención de crecimiento de una empresa.

En resumen, aunque se me ve el plumero habitualmente… ¡¡¡muerte al desorden y la desorganización!!!

Hace bastante tiempo que ando con problemas en mi empresa, justo en la que me queda una semana de trabajo.

Al principio ese fue el motivo que me empujo a crear este blog, a modo terapéutico, y utilizarlo para dar salida a todas mis inquietudes, tantos personales como profesionales. Por desgracia, esa misma situación, por su prolongación en el tiempo, me había creado un «déficit de capacidades personales y profesionales» entre otras cosas. Para darle categoría vamos a ponerle las siglas, DCPP.

¿Qué se camufla detrás del DCPP?

Poniéndolo todo en términos relativos, para mí ha significado:

  1. Pérdida de la ilusión por haces cosas, tanto dentro de la empresa, como personales para seguir evolucionando en mi carrera profesional

  2. A parte de las ganas de trabajar, que esas ya se sobreentiende que están en algún inframundo o cruzando el Aqueronte, te conviertes en un autómata, una prolongación de las manos de tu jefe, un ejecutor sin cerebro…

  3. Y lo peor de todo un adormecimiento de mi miembro ¡del cerebro! Y este tercer punto para mí es el más importante, puesto que los otros dos, por desgracia son muy comunes, y existen muchas personas en esa misma situación, o mucho peor. Pero ¿qué quiero decir con adormecimiento? Pues que te encuentras con el famoso árbol que no te deja ver el bosque. Vives con tensión física y emocional constante que te derrota antes de haber empezado, con congoja anímica que te debilita, con intranquilidad mental que aunque impide ver más allá de lo que ven nuestros ojos. En resumen, se podría decir que sufres una desconexión de tu entorno, y eso es fatal, puesto que aquí no sólo paga tú y tu empresa, y tus compañer@s, sino también tu familia y todo tu entorno.

Así que hasta que no empiezas a ver un poco de claridad en la penumbra, sigues estando con los ojos vendados, y por fin lo he conseguido. Este cambio de trabajo, o de proyecto, a parte de provocar la típica excitación que le puede provocar a cualquiera, para mí ha significado una caída de la venda…nada más, soy feliz.

Una de las pruebas de que mi cerebro vuelve a conectar es esta, que quiero compartir con todos vosotros, porque me parece muy bonita y inspiradora:

«Resulta que debido a la mala marcha de mi empresa, este año no se han podido comprar árboles de navidad (práctica con la que tampoco estoy de acuerdo, pero no viene al caso). Resulta que Paco y Rubén, no contentos con esta situación, tuvieron la ocurrencia de crearse propio árbol. Yo cuando pasé por su sección y lo ví, primero me sorprendí por la originalidad, y al instante me vino a la mente la siguiente frase de Albert Einstein: En los momentos de crisis, sólo la imaginación en más importante que el conocimiento».

Si tenéis o conocéis más casos de este tipo, y queréis enlazarlos o enviarlos, aquí los espero con ilusión… 😉